Nuevo capítulo en la guerra fría que mantienen el gobierno lalinense y la directiva de la Asociación de Empresarios de Deza (AED). El desencadenante esta vez han sido los últimos actos organizados por la patronal los dos últimos sábados: El Desfile Solidario y la III Xuntanza Empresarial. Los miembros del ejecutivo que participaron en ambas citas se sintieron "ninguneados" por la organización, cuando no directamente "despreciados", según ha podido saber esta Redacción de fuentes municipales.
La gala solidaria celebrada en el Lalín Arena el pasado día 19 incluyó agradecimientos públicos a los numerosos colaboradores del evento, cuya finalidad era recaudar alimentos para las familias necesitadas de la comarca. Pero, según las fuentes consultadas, no hubo menciones de gratitud para la labor desarrollada por el Concello de Lalín, que se tradujo en el trabajo de operarios durante las tareas de montaje del desfile y en el despliegue realizado por la Policía Local y Protección Civil el mismo día del evento. Esto suscitó malestar en el seno del gobierno local, representado ese día en el multiusos por su alcalde, Rafael Cuiña, y los concejales Nicolás González Casares, Katia Procino y Lara Rodríguez Peña.
No contribuyó a mejorar las sensaciones dentro del cuatripartito el encuentro empresarial del pasado sábado, día 26, en el Pazo de Bendoiro. La AED dedicó la xuntanza de este año al municipio de Rodeiro, aunque la comida se celebró en Lalín por motivos económicos y de instalaciones. En la mesa presidencial estuvieron todos los alcaldes dezanos -salvo el ausente Manuel Cuiña, de Silleda-; el conselleiro de Cultura e Educación, Román Rodríguez; el senador José Crespo; el diputado Carlos López Font; el presidente de la Conferederación Provincial de Empresarios (CEP), Jorge Cebreiros; y, por supuesto, el mandatario de la patronal dezana, Antonio Lamas. La categoría de "anfitrión" recayó en Luis López, regidor rodeirense, con "permiso" de un Rafael Cuiña a quien se percibió incómodo en varios momentos del acto. Fuentes municipales aseguran que al alcalde lalinense le consta que Lamas le apartó a propósito de los actos oficiales, como los discursos, la entrega de premios o incluso la foto de familia con los galardonados. "Allí entregó premios todo el mundo, excepto el alcalde del municipio en donde se celebraba el acto", alegan las mismas fuentes, que entienden que el hecho de que la convocatoria tuviese a Rodeiro como protagonista no era óbice para "marginar" al regidor "anfitrión". Y ponen como ejemplo que incluso entregase uno el vicepresidente de la AED, David Campos, antes que dar protagonismo a Cuiña.
La "tensión" entre Cuiña y Lamas vivió su momento álgido en la contienda electoral que -como el propio presidente de los empresarios reconocía en el ágape del sábado- bien podría haberse saldado con una "división irreparable" en el seno del colectivo. En su alocución, Antonio Lamas admitió que había sido "un año intenso y quizás demasiado tenso" y, aunque se congratuló de que no se cumpliesen sus vaticinios de ruptura, apenas hizo un tímido llamamiento a la unidad, sin apelar en ningún momento a su contendiente, sino en general. Quizás escuecen demasiado las ascuas todavía candentes de la batalla por el poder en el seno de la patronal. Desde luego, los gestos de unidad brillaron por su ausencia una vez finalizado el polémico y politizado proceso. Las acusaciones de politización se sucedieron por parte de las dos candidaturas en liza, pues al continuista Lamas se le vinculaba con el PP y al aspirante Gerardo López, con el ejecutivo municipal. Tanto es así que hubo quien en el encuentro empresarial del pasado sábado, al comentarse la ausencia de López, incluía, aun admitiendo que se trataba de "una maldad", a Rafael Cuiña entre los "representantes" de la candidatura derrotada, después de citar a otros asistentes, como Francisco Pérez Donsión o José Antonio Pousa.
