Los abuelos son padres dos veces. Con frecuencia se dice que su papel es consentir a los nietos después de haber tenido que educar a sus padres. Sin embargo, nunca como ahora, con un ritmo de vida frenético y las dificultades que siempre existen para conciliar la vida laboral y familiar, ha sido tan imprescindible en muchos hogares la ayuda de los abuelos en el cuidado de los más pequeños. El colegio estradense Nosa Señora de Lourdes celebró en la tarde de ayer el Día dos Avós, un encuentro que sirvió a los más pequeños para presumir ante sus compañeros de pupitre de abuelo y abuela.

La idea de la actividad que en los últimos años ha venido promoviendo este centro educativo de A Estrada es homenajear a los mayores y favorecer el intercambio y aprendizaje conjunto. Ante el éxito de convocatoria del pasado año, en esta ocasión se apostó por trasladar la fiesta a las instalaciones del centro de Secundaria, en Matalobos, para contar con más espacio. Y falta hizo, ya que la cita fue secundada por entre 120 y 150 abuelos. Si elegir entre papá y mamá es difícil, entre los abuelos es misión imposible, de modo que algún alumno optó por llevarse a los cuatro.

El Día dos Avós está pensado para las clases de Infantil, es decir, para los alumnos de entre 3 y 5 años. Los más pequeños sorprendieron a sus mayores con canciones, poesías, bailes y mensajes para sus queridos abuelos. Como telón de fondo sirvieron las fotos que los escolares llevaron en los últimos días al colegio, en las que posan con sus abuelitos.

Si los nietos actuaron, los abuelos no se quedaron atrás. Uno compartió con todos los presentes trucos de magia, mientras que otros contaron y teatralizaron varios cuentos. Otros se arrancaron con la guitarra y pusieron la nota musical a la jornada.

Para completar la tarde, los abuelos de los niños de 5 años llevaron postres, de manera que abuelos y nietos merendaron todos juntos, como muchos suelen hacer cada día en el calor de su hogar.

Los niños no quisieron despedirse en este día tan especial sin hacer entrega de un dibujo en el que se recoge cómo ven a sus abuelos. En una jornada tan emotiva, algunos regresaron a casa del colegio como lo hacen todos los días: de la mano de su abuelo o su abuela, contentos ante un trayecto en el que compartir las vivencias de un nuevo día en las aulas y deseosos de llegar a casa para jugar juntos y seguir aprendiendo.