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Cien años de administración cercana

El gobierno de A Estrada estudia cómo conmemorar, antes de que termine el año, el centenario del funcionamiento del ayuntamiento en la actual casa consistorial

Las obras en el consistorio de A Estrada comenzaron en 1908. El exterior se remató en 1912, fecha que figura en la fachada posterior, pero no fue hasta 1916 cuando se celebró el primer pleno.

Con el exterior podría jugarse al juego de las diferencias pero el interior no guarda semejanza alguna. Han pasado cien años desde que el consistorio de A Estrada abrió sus puertas en el edificio actual, el emblemático inmueble cuyo proyecto constructivo se encargó al arquitecto José Franco Montes y cuyos trabajos no concluyeron hasta el año 1912. Sin embargo, la casa de todos los estradenses no habría de inaugurarse hasta 1916. Cien años ha. Desde aquella primavera ha transcurrido un siglo de administración local, cada vez más próxima al ciudadano y cada vez con más competencias y servicios, aunque en el mismo espacio.

La gestión municipal ha tenido al gobierno ocupado y apartado hasta ahora de pensar detenidamente cómo conmemorar un centenario tan especial. Al 2016 le queda poco más de un mes para llegar a su fin. Sin embargo, parece tiempo suficiente para idear algún modo de recordar una inauguración crucial para la administración municipal, aquel día en que los estradenses estrenaron una casa que costó mucho esfuerzo y tiempo poder levantar.

Al ser preguntado por esta cuestión, el alcalde, José López Campos, reconoció ayer que el ejecutivo está valorando algunas opciones para conmemorar estos cien años, si bien todavía no pudo anticipar cómo lo hará.

Un artículo publicado por María Jesús Fernández Bascuas en A Estrada. Micelénea Histórica e Cultural, la revista anual del Museo do Pobo Estradense, recoge que el edificio fue recepcionado en marzo de 1916. Sin embargo, no sería hasta el 21 de mayo de ese año cuando se celebrarse la primera sesión plenaria de estas instalaciones, la misma que sirvió para inaugurar el funcionamiento de la administración estradense en un edificio que arrastró nada menos que ocho años de obras.

En el siglo transcurrido desde aquella sesión que presidió el entonces teniente de alcalde Pedro Varela, la administración local ha cambiado mucho y en muchos aspectos. Su imagen en esta emblemática sede ha ido mudando con la adquisición de nuevas competencias y la prestación de creciente servicios. De hecho, aunque los cambios que el edificio experimentó por fuera no sean numerosos, por dentro cualquier parecido es pura coincidencia.

La planta baja estaba dedicada en sus inicios a la administración de Justicia, una situación que se prolongó hasta que los juzgados pasaron a ocupar su propio edificio independiente. Si ahora las dependencias de la administración municipal se distribuyen en cuatro plantas, en sus inicios únicamente había dos. El salón de plenos estaba en la planta principal, un segundo nivel en el que también se ubicaban los despachos del alcalde y del secretario, así como todas las dependencias propias de un ayuntamiento. Junto a estas oficinas figuraban también espacios para la biblioteca o el registro de la propiedad.

El artículo de Fernández Bascuas recuerda cómo las obras en el actual consistorio estradense arrancaron en el año 1908. La estructura, lo que sería la obra exterior, se culminó en el año 1912, pero los trabajos continuarían en el interior, hasta poder estrenar el edificio en 1916. Las dificultades económicas fueron constantes y los gastos crecientes. De hecho, en un primer momento el presupuesto pensado para la obra era de 151.315,05 de las antiguas pesetas, terminando por costar 203.030,30.

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