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El tributo de A Estrada a Walt Disney

Una placa comprada por dos niños recordó en la alameda al "padre" de Donald o Mickey Mouse tras su muerte

Detalle en el que se aprecia la inscripción "A Walt Disney. 1967". // Fotos Antiguas Estrada

El fenómeno fan no es nuevo. No nació con los días haciendo cola para poder comprar una entrada para el concierto de Justin Bieber y no encuentra, décadas atrás, sus únicos referentes en la fiebre desatada por The Beatles o el mismísimo Elvis Presley. Está claro que no solo los iconos de la música despiertan pasiones. En los últimos años de la década de los 60 un niño de A Estrada pudo rendir públicamente un tributo a su ídolo: el productor, director, guionista y animador estadounidense Walt Disney, figura capital del cine de animación infantil y "padre" de los inmortales Pato Donald o Mickey Mouse.

Es esta una historia a medio camino entre la anécdota histórica y el reencuentro. Gracias al perfil Fotos Antiguas Estrada en la red social Facebook, el escultor Juan Cabeza ha experimentado estos días "una especie de resurrección". Disfrutando de las imágenes del ayer con la que esta página aviva el recuerdo de los estradenses, recibió una sorpresa al ver cómo el pasado se colaba en su presente. En una instantánea antigua de la alameda municipal pudo distinguir una placa que él y su hermano habían encargado para recodar a Walt Disney tras su fallecimiento, en el año 1966.

Juan Cabeza vivió en A Estrada entre los 2 y los 10 años. Su padre era profesor en el colegio Inmaculada Concepción y más tarde en el instituto. Uno de sus hermanos era un auténtico fan de Disney y sintió muchísimo su muerte. Con talento para el dibujo, elaboró una especie de periódico manuscrito e ilustrado en el que se recogía la biografía del mítico animador. "Yo, que era más desvergonzado, vendí esos periódicos por la calle. Recuerdo que eran de un pliego, un folio doble", rememora el escultor. Imagina que sus lectores terminaron siendo sus más conocidos: "la imprenta del señor Juan, la de Barral, la de Urbito, seguramente la tienda de Silva, el bar de Tato?" La falta de concreción en el recuerdo le lleva a imaginar que la distribución de la publicación fue así. "Lo que sí recuerdo es que Emilio Goldar fue especialmente generoso, pero no puedo concretar por qué", narra mientras bucea entre los recuerdos de su infancia y ve con nitidez aquella mueblería estradense y las cristaleras de su escaparate.

Con el dinero obtenido de la venta de esta biografía los dos hermanos encargaron en la imprenta un talonario de rifas. Decidieron sortear un mechero de gas que su padre "tenía en su cajita, sin usar". "Ya no sé quiénes vendimos las rifas; sé que yo sí. Mayormente las vendía los días de feria en que la calle se llenaba de los ómnibus aquellos con asientos en el techo", relata Juan Cabeza, mientras regresa al bullicio de aquellas jornadas. No recuerda cuánto costaban las rifas, aunque imagina que serían muy baratas.

Lo recaudado por su iniciativa permitió a los hermanos encargar a un marmolista una placa. En ella podía leerse "A Walt Disney. 1967". Para colocar este sincero tributo se entendió apropiada una de las paredes de la nueva pajarera instalada en la alameda municipal. "Los pájaros, las gallinitas, casaban bien con el Pato Donald y Walt Disney". Se instaló en un lateral y allí quedó durante un tiempo.

Los dos hermanos abandonaron A Estrada tras el traslado de su padre. Juan Cabeza no regresó a la villa hasta 18 años después. La pajarera de los jardines era entonces el doble de larga que antes. Fue al lateral para recordar la historia pero la placa ya no estaba. No supo qué había sucedido con ella.

"Gracias al Facebook de fotos antiguas el otro día vi la foto y la infancia me inundó", señala. En la aldea de Porto do Son en la que ahora vive recordó su niñez en A Estrada y el tributo que él y su hermano y, con ellos, los estradenses en un espacio de recreo emblemático, brindaron a Disney..

Nostalgia

La foto que permitió a este escultor regresar a su infancia en A Estrada se incluye en un álbum que Fotos Antiguas Estrada bautiza como Nostalxia da Alameda. En él se incorporan imágenes que muestran una visión bien diferente del actual parque. No faltan las instantáneas de las míticas pajareras que un día se colocaron al fondo del recinto o del estanque que durante muchos años ocuparon patos y cisnes. Tampoco se escapan fotos de los históricos columpios en los que todavía se recordarán muchos vecinos, con la banda sonora de esas risas infantiles que siempre acompañan las estampas de una alameda.

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