El fotoperiodista ferrolano Gabriel Tizón llega a Trasdeza hoy con algunas de sus fotografías realizadas en el continente negro tras más de una década de viajes por todo el mundo. La muestra se inaugura esta mañana, a partir de las 11.30 horas, en la Casa da Cultura y se podrá ver hasta el día 30 de noviembre en horario de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.00 horas.
-¿Las fotografías que se verán en Silleda son actuales o se realizaron ya hace tiempo en África?
-Las fotos son de no hace mucho, la verdad. Pertenecen a un recorrido que hice por el noroeste y oeste del continente africano, y algunas están hechas hace un año y medio, aproximadamente.
-¿Eligió esa zona en concreto por alguna razón especial?
-La verdad es que no. Los últimos años me los pasé fotografiando en esa zona, donde estuve mucho tiempo, porque hay vínculos allí e incluso algunos de los proyectos planeados están aún hoy en día sin acabar. Eso hace que vuelva a los sitios de manera frecuente. Me considero un fotógrafo que trabaja mucho desde el contacto, desde lo cotidiano, y lógicamente, trabajo de esa forma y en esos sitios de esa forma.
-¿Esa zona del continente es agradecida para ese enfoque?
-Realmente, sí y no. Yo considero que un fotógrafo no debe destacar por dónde está sino por cómo ve, ¿no? Yo lo intento y lo hago con la pretensión de ser yo en cualquier sitio en el que me toque estar para realizar mis fotografías. Te puedo decir que yo fotografío mucho en Galicia en la misma forma que lo hago en África, por ejemplo. Fotografío lo cotidiano porque es algo que me interesa muchísimo lo que veo cada día y, además, trabajando de esta forma, según viendo países a lo largo y ancho del mundo, estoy descubriendo que en el fondo somos todos iguales. En realidad, cambian muy pocas cosas en todos los lugares.
-¿Cuándo se hizo fotógrafo?
-La fotografía aparece en mi vida a los 16 años, cuando un amigo me enseña a revelar. Me pareció magia y, desde entonces, me posicionó en esta sociedad, me ofreció la posibilidad de sentirme protagonista mientras observo y escucho a los demás. Para mí es sinónimo de supervivencia
