Cinco personas de una misma familia de Lalín, tres adultos y dos menores, resultaron intoxicados en la madrugada de ayer tras inhalar monóxido de carbono debido al mal funcionamiento de una caldera. Según informó el 112 Galicia, el suceso ocurrió sobre la una de la madrugada, cuando el servicio de Urxencias Médicas alertó de que había personas afectadas por monóxido de carbono en el segundo piso del número 21 de la calle Polideportivo. Al parecer, el padre del matrimonio fue quien llamó para advertir de que su esposa y su hijo varón tenían convulsiones y fuertes dolores de cabeza.

El 112 avisó a los bomberos del parque intercomarcal y solicitó la colaboración de la Policía Local, de los efectivos del GES y de Protección Civil de Lalín. Los bomberos comprobaron al llegar que la vivienda estaba completamente ventilada, y procedieron a realizar las correspondientes mediciones, confirmando que la posible causa del siniestro podría ser el mal funcionamiento de la caldera. Los bomberos también confirmaron la existencia de una estufa catalítica en el interior del inmueble, pero sus propietarios aseguraron no haberla encendido en ningún momento. Los integrantes del clan, un matrimonio, sus dos hijos y una anciana madre de uno de los dos primeros estuvieron conscientes y orientados en todo momento, tal y como aseguraron ayer desde el parque intercomarcal de bomberos de Trasdeza. Todos ellos fueron evacuados y trasladados al Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) para ser atendidos de urgencia por intoxicación.

Efectivos del parque de bomberos de Silleda recordaban ayer la importancia de un correcto mantenimiento de las instalaciones de calefacción, a pesar de que cada vez son más seguras en su fabricación. El fuerte olor a gas, el tono amarillento o naranja de la llama, y que los indicadores luminosos de la caldera empiecen a fallar o se apaguen con frecuencia son algunas de las señales que suelen advertir del mal funcionamiento de una caldera. También cabe recordar que una mala ventilación puede suponer cierto riesgo, de la misma manera que una salida de humos o unas rendijas de ventilación taponadas. Así que resulta fundamental que la caldera siempre esté colocada en zonas con una buena ventilación para evitar sucesos como el sucedido en la madrugada de ayer en el casco urbano de la cabecera comarcal dezana.