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María do Ceo: "En estos 20 años mi voz ha madurado como los buenos vinos"

"A mi concierto en A Estrada, que vengan cenados. Vamos para largo" - "Quiero grabar un disco para los niños y otro de duetos"

María do Ceo, esta semana, en A Estrada. // Bernabé / Adrián Rei

-De nuevo en A Estrada, de donde se declara una enamorada.

-Le tengo mucho cariño a A Estrada, donde he pasado buena parte de los últimos 20 años. En el estudio, grabando voz, música, con la masterización de mis discos, haciendo los arreglos con Fernando Campos. ..

-¿Qué encontrará el público en su concierto de presentación de su último disco doble, en el qu pone voz y música a textos de Rosalía de Castro, Cunqueiro, Neira Vilas o Castelao y en el que también tienen mucho peso los músicos estradenses?.

-Sí. En mi disco hay muchísima participación de músicos estradenses: de Fernando Campos, un musicazo; de Héctor Martínez, un pianista intuitivo de quitarse el sombrero;y de Lu, Xosé Lueiro, un compositor que es una dulzura cómo compone. Volveré a pedirle cosas para mi siguiente trabajo discográfico. En mi concierto de hoy el público se va a encontrar muchísimas de las creaciones de ese disco. Pero, por supuesto, canciones como Lela no pueden faltar nunca en mis conciertos en directo porque el público ya considera que la de María do Ceo. También habrá canciones como Teño saudade que cantas cuando eres joven, en grupo, pero que nunca había tenido el gusto de interpretar hasta que por el cariño que me une a su creador poético, Xavier Alcalá, hablamos de grabarla. En el disco también está "Ai" de Curros Enriquez, de Celso Emilio Ferreiro... de todos los poetas de la literatura gallega, de la ourensana. Hace años gravé a Ferrín, musiqué a Blanco Amor, a Ramón Cabanillas. Yo quería que este disco fuese un abanico de canciones elegidas por el tipo de poesía que más me atrae. Es mi propia selección de literatura gallega, que llega al alma, al corazón. El "Ai" de Curros Enríquez es uno de los poemas más hermosos del disco. Lo hizo en un momento de su vida tremendo. Relata la muerte de su hijo pequeño. Hasta Juan Ramón Jiménez le dedicó unos versos por este poema.A quienes vengan al concierto les recomiendo que vengan cenados. Vamos para largo.

-Es su duodécimo trabajo discográfico, ¿qué balance realiza?

-Es como si fuera otra artista. En estos 20 años mi voz ha cambiado tanto, se ha llenado de matices... ha madurado como los buenos vinos. Ha ganado mucho en graves y medios, lo más bonito para mí. Si tuviera que grabar otra vez "Cartas de amor" lo cambiaría todo. Y sin embargo, es el que la gente recuerda con más cariño. Sigue siendo el disco más vendido. Y ya ves, fue como una maqueta para nosotros. Llegamos al estudio los músicos y yo y lo grabamos en una tarde. Eso hoy es impensable. La diferencia está en la experiencia. Quizás tendría toda la frescura. Hoy lo piensas más antes de emitir una nota. Antes tenía menos responsabilidad, más libertad para hacer lo que me diera la gana sin pensar en las consecuencias. Y ahora, fíjate que este disco ya lo tenía listo para ir a fábrica. Escuché un par de defectillos, una tontería de nada, llamé a Fernando y me volví al estudio. Me decía que estaba perfecto pero lo cambiamos. Había algo apenas perceptible pero lo suficiente para que un músico con buen oído lo escuche. Y yo no canto solo para el público que no tiene buen oído. También para el que tiene un oído extraordinario.

-¿Es con ese perfeccionismo como se convirtió en un referente en el mundo del fado?

-No sé. En Portugal me dicen que soy muy terca, muy pesada con la afinación, con el acompañamiento. En música lo poco es más. En el acompañamiento igual. No me gustan los músicos invasivos a la hora de acompañarme. Prefiero que me acompañen sutilmente, en los momentos que tiene que ser. Acompañar a la voz. Para eso es el instrumento, para hacer un colchón de la voz. Los músicos son el mar y la voz es el barco. La voz necesita al mar para navegar y el mar. Este es más grande pero hace engrandecer al barco. Nunca pensé cuando emigré de Portugal a Galicia, con casi 10 años y cuando actuaba en el colegio o cantaba con grupos de amigos que me iba a convertir en una fadista tradicional, en una cantora con lamento y este estilo minhoto, un estilo propio, una huella muy, muy reconocible. Es el estilo galaico-portugués. Lo escuchas y sabes que es María do Ceo. Desde los inicios hasta hoy solo hay trabajo, trabajo, trabajo. Intento evolucionar en cada disco. Dar lo mejor de mí.

-¿Qué retos se marca en su horizonte profesional?

-Varios. Tengo en mente grabar otro disco "De Portugal a Galicia. Fado II" . Y desde que he tenido la suerte de que mi hijo me hizo abuela de dos pequeñitas, Norah y Chloe, a las que les he cantado muchas nanas, también tengo en mente grabar un disco para los más pequeñitos de la casa. Ya tengo cosas de Armando González López, que compone poemas para mí. Serían canciones didácticas. Y también me gustaría grabar un disco con compañía, con duetos. Tengo muchos amigos y me gustaría que me acompañasen cantando para que ese disco quedase ahí. Y seguir batallando con mi gallego y mi portugués. No quiero nunca dejar de mezclar porque para mí es lo mismo.

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