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Deza o ese momento de desconexión

Los balnearios y spas dezanos rozan el lleno durante los meses de otoño e invierno

Participantes en un curso de aquagym en el balneario Baños da Brea. // Bernabé/Javier Lalín

Manta, sofá y una buena película. O dos. Éste es el plan de muchos para pasar un fin de semana lluvioso en casa, sin pensar en el trabajo o los estudios pero tampoco sin exponerse a pasar frío para lograr desconectar. Pero hay otra alternativa a los sábados y domingos de otoño e invierno: el turismo termal. Se trata de una opción que cada vez gana más adeptos y que supone una fuente de ingresos para muchos balnearios y spas del interior de Galicia y, por tanto, de la comarca dezana. Ayudados por las señales que colocó el año pasado la Xunta y por su inclusión en portales como el de Área de Santiago, los balnearios dezanos tienen cada vez mayor visibilidad y se están convirtiendo en la elección de vecinos de otras localidades y provincias que quieren descubrir todos los encantos del centro geográfico gallego.

Así que, si en verano es la Galicia interior la que abarrota las playas, en otoño e invierno son los residentes en zonas costeras los que descubren hasta qué punto son beneficiosos los tratamientos termales para la mente y el cuerpo.

La estancia media de los clientes "suele ser de dos días", apuntan desde el balneario Baños da Brea, en Merza (Vila de Cruces). Este complejo cuenta con 44 habitaciones, que suelen colgar el cartel de complejo debido a que participa en el programa de termalismo social de la Diputación, en el que los participantes suelen estar en el balneario entre 10 y 12 noches. Pero el local siempre reserva casi media docena de cuartos para clientes particulares, "normalmente parejas, en torno a los 40 años, que contratan un circuito termal o con servicios complementarios como masajes o fangos", explican. Baños da Brea se presenta como un enclave en el que desconectar de todo en plena naturaleza.

Ofertas específicas

Ocurre lo mismo con el hotel Via Argentum, en Silleda. Su servicio de spa cuenta con clientela todo el año, aunque registra más picos de actividad durante el verano, Semana Santa y Navidades. Su aforo es mucho mayor que el de Baños da Brea, ya que dispone de 88 habitaciones. Sus clientes suelen desplazarse este complejo sobre todo los fines de semana, y cómo no, entre sus preguntas también figuran las rutas más adecuadas para visitar las dos joyas patrimoniales de Silleda: la Fervenza do Toxa y el monasterio de Carboeiro. Este hotel cuenta en su página web con promociones específicas para el otoño, con escapadas a precios muy competitivos. Para clientes que deseen acudir con cierta frecuencia dispone, además, de bonos mensuales. El acceso al spa también se incluye en la oferta de escapadas románticas.

Parejas, pero también matrimonios con niños, son el perfil tipo del cliente que acude al Pazo de Bendoiro, en la localidad del mismo nombre de Lalín. Este local también registra más afluencia a su spa durante los meses de otoño e invierno, aunque el goteo de reservas dura todo el año, como indica la directora del complejo, Graciela Vila.

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