El gobierno de Lalín ha decidido llamar a la puerta de la oposición para sentarse a hablar sobre los presupuestos del próximo año. Después de que en 2015 recogiese a mitad de año las cuentas del anterior ejecutivo y el presente trabajase con uno propio, la pérdida de la mayoría en la cámara municipal obliga al equipo de Rafael Cuiña a contar con PP y grupo no adscrito para sacar adelante los presupuestos de 2017. En caso contrario, podría optar por operar con uno prorrogado y tratar de desbloquearlo más adelante con acuerdos establecidos dentro de la ley de bases de régimen local, en junta de gobierno en vez de en pleno.

La necesidad podrá convertirse o en virtud, pero lo cierto es que la entrada en la recta final del año implica que, en caso de que haya acuerdo, las cuentas puedan aprobarse ya este mes para que entren en vigor el 1 de enero del próximo año. A la espera de ver qué ocurrirá, Cuiña ha convocado para hoy a las 17.00 horas una junta de portavoces en la que trasladará a la oposición "la posibilidad de negociar los presupuestos". El mandatario alega que se trata de "un ejercicio de responsabilidad" en un escenario sin mayorías absolutas y en el que los pactos son casi obligados. Añade que así es preciso, "mucho más cuando se trata del documento económico que definirá las políticas a desarrollar el próximo año". "Nadie entendería que no intentásemos llegar a un acuerdo, aunque cada uno debe marcar sus líneas rojas y, a partir de ahí, intentar sacar adelante los presupuestos".

El regidor resalta que este año se hizo un esfuerzo por los servicios sociales y por eso no oculta que este camino es, para él, el que debería tomarse de nuevo. En todo caso, advierte, que se atenderán propuestas de la oposición "en la medida que sean posibles". En todo caso salienta que una de las claves para 2017 es la bajada en el recibo de la contribución; una decisión, dice, con la que el gobierno es consciente de que implicará una importante rebaja de ingresos. "Con este punto de partida, todos debemos tener la responsabilidad de optimizar los recursos económicos municipales para responder de la manera más eficiente a las necesidades de la gente". Finalmente, reiteró la conveniencia de que haya "altura de miras de todos los miembros de la corporación".

La política tiene una parte de aritmética y en este caso 11 concejales de la oposición suman más que los 10 del grupo de gobierno. Cuiña, que últimamente hizo varios gestos al jefe del grupo municipal del PP, José Crespo, tiene en este partido a un posible aliado no solo ahora para aprobar las cuentas, aunque sin olvidar que con el no adscrito Juan José Cruz la suma ya alcanza los once.