Ser una de las vías de pago más caras de España no impide que la autopista que une la capital de Galicia con la comarca dezana esté en unos índices de desplazamientos históricos. Así lo corroboran los datos del balance del mes de agosto, que acaban de ser divulgados por el Ministerio de Fomento. La AP-53 registró en el mes por excelencia del verano una media diaria de 7.670 desplazamientos, lo que supone un récord de tráfico en la autopista desde su inauguración, hace ya 12 años.

La prohibitiva autopista Santiago-Dozón solo había rebasado la barrera de los 7.000 vehículos al día en otras tres ocasiones. La última vez fue precisamente en julio de este año, con exactamente 7.166 desplazamientos. Las anteriores fueron también en los meses de agosto del pasado ejercicio y en 2010. Entonces la intensidad media total estuvo en 7.452 y 7.387 viajes respectivamente; es decir, en unos niveles muy elevados de tráfico, pero en ningún caso se llegaron a alcanzar los registros de hace ahora tres meses. Este récord histórico supone que, comprando este balance con el del mes anterior, el volumen de desplazamientos aumentase un 2,9%. Un 10% más de viajes hubo en vehículos pesados, que colocan sus desplazamientos en una media diaria de 395.

A falta de conocer los datos de los últimos cuatro meses del año, todo apunta a que 2016 podría marcar un récord anual en utilización de esta vía de alta capacidad. El pasado ejercicio se cerró con un promedio de 6.042 viajes. En el presente año el balance mensual es el siguiente: enero (5.357), febrero (5.555), marzo (6.107), abril (5.832), mayo (6.141), junio (6.624) y los ya citados 7.166 en julio y 7.670 de agosto.

La AP-53 está en cifras históricas pese a que la comarca dezana tiene conexión gratuita con Ourense por autovía. Por tanto, la dependencia de Compostela como capital administrativa y referente de la sanidad para la zona casi obliga a los ciudadanos a tomar esta vía pese a sus elevadas tarifas y porque la N-525 sigue sin ser una alternativa real. Las quejas por la carestía de la autopista Santiago-Alto de Santo Domingo son tan antiguas como la propia infraestructura, pero al margen de congelaciones puntuales de las tarifas, sus precios se han disparado en una década en más de un 70%.

Los frentes abiertos, tanto políticos como sociales, contra el alto coste de esta vía fracasaron. Ahora los gobiernos de Lalín y Silleda pretenden activar un frente común en este sentido. El BNG anunció la semana pasada que pedirá en el Parlamento de Galicia a Fomento la transferencia de la autopista a la Xunta, demás de un recorte de precios.