Las temperaturas descendieron ayer de forma considerable, pero ello no impidió que el casco urbano de Vila de Cruces se convirtiese en un trasiego continuo de gente, debido a dos causas: el mercadillo del día 4 y la Feira da Castaña, que llega a su vigésimo quinta edición. Desde las 12.00 horas, centenares de personas -más de 700, según la organización- se agolpaban bajo carpa en la Praza Juan Carlos I para degustar castañas asadas, en total 300 kilos, y vino del país.

La fiesta tuvo, a media mañana, una visita muy especial y ya tradicional: la de los alumnos de Infantil del colegio Nosa Señora da Piedade, acompañados de sus profesores. Tampoco podían faltar los puestos de productos de temporada, nueve en total, que se clasificaron en el concurso por este orden: Albino Espiño (de Piloño); Luisa Quinteiro (de Carbia); Ramón Saavedra (de Salgueiros); Florentino Varela (de Oirós); Ainhoa (de Loño); José Castro (de Bodaño); Lucho Rodríguez y Casa de Parceiro, ambos de Piloño. Hubo premios para los mejores.

El de Vila de Cruces no fue el único magosto que obtuvo un gran éxito de participación. A media tarde, en el Centro Social da Bandeira, tuvo lugar el magosto de los mayores, que en el caso del casco urbano de Silleda se programa para la jornada del 18 en el restaurante Coteliño, a partir de las 14.00 horas. En este primer fin de semana de noviembre también habrá otras citas con la delicia de las castañas asadas, como el magosto de Merza, hoy a partir de las 21.30 horas en el local social. La cita incluye un concurso de postres caseros, con premios para los tres mejores.