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Insisten en que los proyectos dinamizarán el rural

Las ADS de porcino presionan a Lalín para que reduzca a 500 metros la distancia a núcleos

Mantienen reuniones informales con el PP y el cuatripartito -Silleda y Forcarei se guiarán por la nueva Lei do Solo -Rodeiro contempla una lejanía de 1.000 metros solo para las explotaciones de más de 1.000 cerdos

Vista de una explotación de Lalín, en la carretera hacia Rodeiro. // Bernabé/Javier Lalín

Las ADS de porcino mantienen contactos con los partidos políticos de Lalín para lograr su apoyo y poder reducir la distancia que deben guardar las nuevas explotaciones respecto a los núcleos. El cuatripartito lalinense tramita una modificación del PXOM mediante la que las granjas cunícolas y avícolas deben mantenerse a 500 metros, como mínimo, de las aldeas, mientras que para las de cerdos se piden 1.000 (y otros 1.000 de otra granja similar si la afectada tiene más de 1.000 cabezas).

Los ganaderos amparan su demanda para reducir la distancia de las granjas porcinas en que la nueva Lei do Solo, aprobada en febrero, permite recortar esta distancia a 500 metros, a la vez que cambia el concepto de núcleo y entiende que en éste han de vivir al menos 100 vecinos. Pero desde el gobierno de Lalín el edil de Urbanismo, Nicolás González Casares, explica que si bien la norma gallega contempla este recorte, "hay una norma estatal que no lo deja tan claro", con lo que se podría incurrir en una inseguridad jurídica si se aplica la primera. Pero es que, si se tramita la modificación del PXOM, las cosas apenas variarán para el sector porcino, puesto que estos 1.000 metros de distancia a las aldeas ya figuraban en el Plan de Urbanismo de 1999, como recuerda el presidente de la ADS de porcino de Silleda, Pablo Meijomín.

Este ganadero explica que su lucha se centra sobre todo en Lalín, "ya que Silleda y Forcarei, al adaptarse a la nueva normativa, pasarán a 500 metros". Trasdeza tiene su PXOM en trámite y presenta ciertas características similares a Lalín, a la hora de construir una nueva granja, "ya que ambos municipios presentan mucha dispersión rural, más que Dozón o Rodeiro, y además tienen muchas granjas antiguas", apunta Meijomín. Estas explotaciones viejas a veces permanecen semiactivas, con muchas menos cabezas de las que albergaron en un principio. Ello impide, por ejemplo, que una granja nueva pueda solicitar que se dé de baja para no tener que guardar la distancia perceptiva. "Ahora mismo no hay demasiados proyectos a la vista en Lalín por, precisamente, la cuestión de las distancias. Pero está claro que los que existen van a dinamizar el rural", argumenta el presidente de esta ADS.

Rodeiro y Dozón

Es cierto porque, en comparación, Rodeiro y Dozón se muestran mucho más activos a la hora de conceder licencias para nuevas explotaciones porcinas. La normativa en Rodeiro, como explica el alcalde, Luis López, señala que las explotaciones con menos de 1.000 cerdos deben estar a un mínimo de 500 metros de distancia de las aldeas, mientras que las que superen el millar de reses deben guardar por lo menos un kilómetro, tal y como regía desde 2009 hasta la sentencia de las granjas Aboldrón, cuya polémica quedó solventada por la nueva norma de la Xunta. En dos meses, Rodeiro expidió 11 licencias de granjas de porcino.

A los ganaderos les urge, en cierto modo, que Lalín modifique las distancias, porque ello les permitiría a las nuevas construcciones optar a las subvenciones del año que viene, que se publican entre abril y mayo. Ayer por la mañana, representantes de las ADS mantuvieron una reunión informal con el PP lalinense y por la tarde con el edil de Urbanismo. "Todos se mostraron muy abiertos a abordar la cuestión", señala Meijomín. El encuentro con el también teniente de alcalde sirvió para que éste anunciase que se encargará un informe jurídico para ver la viabilidad de adaptar la norma urbanística local a la Lei do Solo. Además, explicó que todavía falta por publicar el reglamento de ésta, demorado por las elecciones autonómicas, y una vez que se conozca quedarán solventadas dudas jurídicas. "Si hay trabas legales, no podremos cambiar las distancias, pero si no las hay buscaremos el consenso político. El cambio será por unanimidad", recalca González Casares, quien añade que "en el momento en que se abra una posibilidad jurídica haremos una propuesta. Lo que no queremos es una pelea política por la distancia". Casares no descarta que se llegue a un acuerdo que rebaje la distancia no a 500 metros, sino a un término intermedio como 700.

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