-¿Cuáles son las principales diferencias entre el cuerpo de un deportista de élite y el de otro paciente que trata en su clínica?
-En mi consulta de Madrid tengo gente de todo tipo, la verdad. Por aquí pasa gente normal y profesionales de todo tipos de deportes. Hay algunas personas que piensan que lo mejor es estar como los deportistas de élite, y quieren alcanzar ese nivel, pero eso es algo que hay tratar convenientemente. Pero, como te digo, en la clínica hay personas de lo más normal y otras que viven de su cuerpo. Es evidente que entre ambos cuerpos hay una gran diferencia porque los cuerpos de los profesionales están trabajados de otra manera y que tienen otro tipo de cuidados y de exigencias. Por eso, los tratamientos no son iguales porque no es la misma la forma de responder a ellos en un caso o en otro. Nosotros trabajamos con personas y nos tenemos que adaptar a los cuerpos de todos.
-¿El deportista de élite sabe cuándo una lesión es de gravedad?
-Sin duda alguna. Son conscientes en todo momento de lo que pasa, y es gente que controla su cuerpo a la perfección. Cuando se lesionan lo saben perfectamente porque tienen unas sensaciones muy claras de lo que les pasa. Por ejemplo, saben cuando lo que han hecho les va a venir genial o, por el contrarios, no es lo que necesita. Los deportistas de élite, y los deportistas en general que se cuidan para poder convertirse en profesionales, son muy sensibles a todo tipo de estímulos porque, al fin y al cabo, viven de ello.
-¿Cómo lleva esa agenda tan ajetreada que tiene ahora?
-Con calma. Ya digo que nuestra profesión se ha puesto en valor a todos los niveles, y eso hace que estemos cada vez más solicitados.
