La rebaja de los precios del vivero de empresas de Lalín 2000 a casi la mitad, anunciada por la Diputación para su aplicación desde el 1 de enero de 2017 no ha dejado satisfechos a los dos colectivos que más firmes se mostraron contra las tarifas vigentes: Tanto el Partido Popular de Lalín como la Asociación de Empresarios de Deza (AED) coinciden en reclamar una reducción mayor para favorecer el asentamiento de emprendedores y dinamizar de verdad una instalación sin apenas demanda hasta la fecha.

El portavoz del PP, José Crespo, critica que la Diputación "siga discriminando a Lalín de una forma vergonzosa" y mantenga los precios de su vivero "bastante más caros" que los de Barro-Meis y lejos del "precio social" que solicitan los populares. Asegura no entender "como se fija un precio que, siendo más barato que el astronómico anterior, sigue muy por encima de los precios de mercado existentes en las naves del polígono". El exalcalde y exdiputado provincial lamenta que la institución que preside Carmela Silva deje "los deberes de la rebaja a medio hacer" y aplique "un mero maquillaje para callar las críticas de los usuarios y la falta de empresas".

A juicio de Crespo, "suspendieron el primer examen y vuelven a suspender ahora, porque ni se preocuparon de saber como están los precios del mercado libre". En cualquier portal inmobiliario aparece una amplia oferta de alquiler entre los 1,15 y 2 euros por metro cuadrado en Lalín 2000, cuando, tras la rebaja, los viveristas deberán pagar 3 euros el primer año (antes eran 5,8), 4,5 el segundo (8,69) y 6 el tercero (11,59), en el caso de las naves, de poco más de 140 m2. En Barro-Meis, aunque son más pequeñas, parten de 1,78 euros por m2 el primer año y llegan a 3,56 el tercero. Las oficinas, de 16,1 a 18,1 m2 en Lalín, y los puestos en el espacio de coworking quedan en 3,5 euros por m2 el primer año (6,3), 5,25 el segundo (9,44) y 6,99 el tercero (12,59), mientras que en Meis se mueven entre 2,28 y 4,56 euros/m2, si bien también son mucho más pequeñas.

"Más que animar, los nuevos precios acaban con las ilusiones de cualquier emprendedor", sostiene el edil popular, puesto que "siguen muy por encima de los fijados en otros viveros de la provincia asentados en centros industriales de mucha más importancia". Así que interpreta que el gobierno provincial "sigue mirando más para su bolsillo y para que Lalín no dé pérdidas que no para la importante labor social que se necesita en este tipo de instalaciones".

Al margen de los precios, Crespo entiende que "la desidia" de la Diputación, con "consentimiento explícito" del Concello de Lalín, "ha condenado" al vivero, un "menosprecio" que se traduce en "falta de mantenimiento y preocupación por las instalaciones, una escasísima actividad dinamizadora y la ausencia de sinergias que son claves para los emprendedores". En los ocho meses transcurridos desde la inauguración, estos factores "condenaron al vivero a no cumplir su función".

En este sentido, Crespo apunta que algunos usuarios han compartido con el PP su "desazón e inquietud" por la "sensación de abandono" que sufren en este vivero, que para el organismo provincial "sigue siendo más una carga que una plataforma para generar oportunidades de empleo". El concejal subraya que el gobierno lalinense es "cómplice absoluto" de este "abandono" por haber "dado la espalda" a la instalación y no haberse preocupado de que el organismo provincial la dinamizase de forma adecuada. Así se explica, concluye Crespo, que solo haya un par de empresas allí radicadas.