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Henrique Bazal: "Las matan y quieren que vayan a morir al monte pero en este caso se les fue la mano"

"Intentaremos sacar adelante el cierre perimetral que solucionará este tipo de cosas"

Henrique Bazal, presidente de Rapa das Bestas. //Bernabé/Luismy

A Henrique Bazal le ha tocado estos días el trabajo más duro para un presidente de la Asociación Rapa das Bestas. Ha tenido que enfrentarse a que alguien decida acabar con la vida de caballos por los que los vecinos de Sabucedo velan a lo largo de todo el año. Con la rabia que esta imagen provoca para alguien que ama a los animales, lo único que desea ahora es dejar trabajar al Seprona para que los culpables no queden impunes.

-Para el presidente de la asociación Rapa das Bestas, una situación como la vivida este fin de semana resultará difícil...

-Es una auténtica barbaridad. Haciendo una recomposición de lo que pudo pasar, se ve cómo los esperaron, cómo los clavaron, se ve sangre por la carretera... una auténtica animalada. Hoy estuve de nuevo allí con el Seprona y buscando las pisadas del tractor que pudo arrastrarlo se encontró un lazo para coger jabalíes o zorro.

-Una revisión en la hemeroteca arroja que el escenario se repite. Cimadevila y los montes de Campo Lameiro aparecen otras veces asociados a la muerte de estos animales.

-Sí, ya hubo varios casos. En 2008, 2009...

-¿Pero qué es lo que pasa en esta zona? ¿Hay un conflicto de base?

-Yo entiendo que entran los animales pero el problema es que no avisan. Porque si nos avisasen iríamos a por ellos y pagaríamos los daños. Pero aquí no avisan y las matan directamente. Normal no es. Yo creo que una persona en sus cabales no hace esto. Intenta cogerlos y pedir una indemnización o lo que sea.

-¿Es una zona de cultivo?

-Estuve mirando y lo que podrían comerle es hierba. Hay algo de maíz pero hasta están cerradas. Si tienes fincas y no quieres que entren los animales, tendrás que cerrarlas. Hay un sentido de la propiedad un poco extraño: tengo una finca ahí y no puedes ni mirarla ni tocarla, que es mía. A mí vale que me lo digas, porque tengo entendimiento, pero a un caballo, un jabalí... ¿qué les vas a explicar si está abierta? Los propietarios vamos a cogerlas y nos hacemos cargo pero si las matan...

-Al margen de la propia acción, el modo parece augurarles a estos animales una lenta agonía.

-Entiendo que quieren matarlas y que vayan a morir al monte, que no se mueran allí en el sitio. Qué pasa, que en este caso se les fue la mano y al caballo se ve que le tocó el corazón o algo y murió un poco más adelante, en la carretera, que es donde está el charco de sangre. Después, claro, tuvieron que sacarlo. Pero se tomaron molestias porque lo arrastraron todo por una finca, fueron a tirarlo a un barranco... está claro que no querían que se supiese. Sino lo dejarían allí.

-¿Confían en que en esta ocasión se pueda dar con los culpables?

-Bueno, ahora hay que dejar que el Seprona trabaje. Estuvieron haciendo comprobaciones, midiendo, viendo el animal y demás y ahora a ver. Estas cosas son muy difíciles porque o los pillas en el momento o tienes que tener unas pruebas muy gordas o que alguien confiese. Realmente es complicado. El otro día buscando a los caballos encontramos más esqueletos, seguramente ni nos enteramos. Llevarán matadas muchas más. Estas que nos enteramos, luego las que matarían que no sabemos.

-Porque, tras ser atacadas, su instinto las lleva a adentrarse en el monte en el que tienen su hábitat...

-Ellas marchan desangrándose pero a lo mejor andan varios kilómetros. O lo sabes en el momento, que le puedes seguir el rastro, o sino es muy complicado.

-¿Piensan que esta suerte podrían haberla corrido los demás animales que estaban en el grupo de Zepelín?

-Ese caballo tenía una manada mucho más grande. Pero ahora en el invierno no estaban todos juntos y estaba él con seis o siete más. Ayer un vecino encontró varias bestas de su manada pero no se sabe justo si son las que estaban en estos momentos con él.

-¿Se suma al enfado por lo sucedido la idignación de que nadie pague por ello?

-Es un sentimiento de rabia. Estas cosas, además, generan conflicto social porque en Facebook ves lo que pone la gente... Al final se genera una mala convivencia. Por nuestra parte intentaremos volver a sacar el cierre perimetral que solucionaría este tipo de cosas e intentar que no vaya más allá la cosa.

-¿En qué fase está el proyecto?

-Estamos a la espera de que se conforme la Xunta para presentárselo. En noviembre volveré a retomarlo. Quedó el tema parado primero por las vacaciones y después por las elecciones

-¿Creen que esta sería la solución definitiva?

-Sin duda. Aquí hay varias patas. Una es poder cerrar para que no bajen, no haya accidentes de tráfico ni conflictos con otros ganaderos ni agricultores. Por otro lado también es muy importante poder trabajar el monte y tenerlo limpio para que haya alimento bastante y los animales no tengan esa necesidad de bajar. Una tercera pata, más complicada, es poder tener dos o tres personas que trabajen revisando ese cierre, cuidando a los animales, haciendo desbroces... Después hay otras cosas como los proyectos silvopastoriles que hagas allí. Los montes tienen muchos usos.

-El control de por dónde andan los caballos será uno de los principales dolores de cabeza de la asociación a lo largo del año...

-Sí, es un dolor de cabeza constante. A mí me llaman todas las semanas varias veces. La zona es muy grande, muy amplia, y es difícil.

-¿Cuántas hectáreas puede sumar su hábitat?

-El cierre son 3.000 hectáreas, para que te hagas una idea. Cogería montes de A Estrada, Cerdedo, Campo Lameiro y Cuntis, siempre por el lado de arriba de la carretera. A lo mejor se puede reducir un poco pero también podría ser más grande.

-Las que bajan de forma reiteradas a fincas se recluyen en Sabucedo.

-Las llevamos para Sabucedo. Tenemos dos cierres grandes de varias hectáreas -uno de 40 hectáreas y otro más pequeño, aunque también grande- y la dejamos allí en invierno. Después, en primavera, cuando no dan problemas, las volvemos a subir al monte. Las separamos, cada una en una manada. Suelen parar pero, claro, cada año hay unas distintas. Las que son reincidentes la dejamos en Sabucedo.

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