Las instalaciones de la Escola de Emprego e Negocios, en Silleda, acogieron en la tarde de ayer un curso sobre alérgenos e intolerancias alimentarias para profesionales de la restauración, profesionales de la venta de alimentos a granel, y público en general. La ingeniera técnica agrícola lucense Amparo Grandío Rodríguez fue la encargada de impartir el seminario.
-¿Por qué se hacen necesarios estos tipos de cursos?
-En el 2011 Europa sacó un reglamento de información al consumidor sobre este tema. La ley entró en vigor para todos los países de la Unión Europea en 2014 relativa a la información de alérgenos. En diciembre será el turno de la relativa al etiquetado nutricional. Lo que se pretende es que un alérgico no tenga por qué ir contando su vida a los demás diciendo que es celíaco o lo que sea. Lo que tiene que tener es la información disponible al respecto. Europa quiere que sean los propios empresarios de alimentos los que se autorregulen.
-¿Están muy extendidas las alergias a determinadas comidas?
-Alrededor de un 13 por ciento de la población tiene algún tipo de alergia o intolerancia. Si nos fijamos en grupos determinados, por ejemplo, los celíacos representan un dos por ciento, y así todo. Por eso es importante que sea el establecimiento alimentario el que tenga la obligación de tener al público la información de sus platos.
-¿Hay algún grupo especialmente sensible en ese aspecto?
-Es importante que exista este reglamento porque hay algunas alergias que te pueden causar la muerte si no se controla correctamente la ingesta de alimentos. Desde luego, son peores las alergias que las intolerancias. Los intolerantes al gluten es una población bastante grande también. Curiosamente es una intolerancia que aparece más entre las mujeres.
-¿Un alérgico puede serlo y no saberlo durante un tiempo?
-La alergia es casi inmediata, aunque a veces tarda en manifestarse. También existe otro reglamento que obliga a la autorregulación de los empresarios que tienen algún tiempo de relación con los alimentos. Lo que tienen que hacer es informarse correctamente porque ahora no existe el carné de manipulador de alimentos que antes había. Ahora, lo que se exige es que el empresario forme a sus empleados, y a todos los que tengan relación con sus alimentos. El curso, digamos, que no es obligatorio pero todos tienen que saber cómo reaccionar cuando surja el problema.
-¿También es obligatorio controlar a los proveedores?
-Por supuesto. Es necesario que cumplan la legislación vigente. Yo hago una homologación de proveedores, por ejemplo, y pongo que compro tal producto libre de alérgenos o de gluten. Lo bueno de esto es que ya llevamos años haciendo este tipo de cosas, y ya existe una cierta concienciación por parte de la gente que está involucrada en el sector de la alimentación.
