La mayor ciudad de Galicia y la capital dezana tienen en común ser el territorio de acogida y el natal del gran artista plástico José Otero Abeledo, Laxeiro. La figura del renovador del arte gallego tiene mucha relevancia en la capital olívica, donde fue muy valorado por vigueses y sus representantes públicos. Vigo también bautizó una de sus calles como Laxeiro y otra de las rúas de la ciudad lleva el nombre de Lalín, mientras que en la cabecera comarcal dezana no existe una rúa que se denomine Vigo.
En todo caso desde hace unos días Lalín y Vigo tienen en común una estatua que homenajea curiosamente a un cruceño, el reconocido escritor Xosé Neira Vilas. Los lalinenses, a finales de 2011, bautizaron una rúa como Memorias dun Neno Labrego y rindieron un tributo en vida al escritor que dio vida en esta traducidísimo trabajo a Balbino. La pieza, de piedra, fue elaborada por la Escola de Canteiros da Deputación. Sus alumnos también diseñaron otra de Balbino que desde hace unos días luce al lado de la nueva biblioteca Xosé Neira Vilas de la capital viguesa.
