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Jesús Taboada Leira: "En las bodas les digo que no puedo darles la bendición, pero les pido que no se separen"

"Me hizo mucha ilusión saber que fui propuesto para el cargo por todos los miembros de la corporación"

Jesús Taboada posa en las oficinas municipales donde ejerce sus funciones. // Bernabé/Javier Lalín

-¿Está convencido de la utilidad y de la necesidad de mantener la figura del juez de paz?

-Sin duda. Es más, tengo entendido que en un futuro no muy lejano está previsto que nos den más competencias de las que ya tenemos ahora. De hecho, nos lo explicaron en la reunión que tuvimos en A Estrada. Y yo lo veo también así porque pienso que la gente tendría que desplazarse desde Silleda para realizar unos trámites que los llevamos nosotros. Hoy en día Silleda tiene 9.000 habitantes, y estamos pendientes de que se aumente ese número de vecinos.

-¿Extraña algo de su vida como miembro de la cámara agraria o de su etapa política?

-No. Eso es algo que ya está superado porque ahora toca dedicarse a otras cosas en la vida. Fíjate que la primera vez que estuve de concejal me tocó el área de seguridad, también estuve en la comisión de urbanismo y en la segunda ocasión pasé a presidente de comisión de vías y obras. Así que, pasé por muchos puestos en unas épocas muy interesantes para dedicarse al servicio público.

-¿Cómo recuerda el crecimiento de Silleda durante su etapa como responsable de obras?

-Puedo decir sin temor a equivocarme que conozco las 33 parroquias como la palma de la mano. En aquellos tiempos tenías que ir a todas ellas para conocer de primera mano lo que se hacía y lo que necesitaba la gente. También recuerdo con cariño la etapa de funcionamiento de las cámaras agrarias, cuando venían a pagar las subvenciones que había de pistas, de montes, de repoblaciones y todas esas cosas. Todo eso pasaba por la cámara agraria, y teníamos mucho trabajo durante el tiempo que estuvo funcionando.

-¿Lamenta la desaparición de las cámaras agrarias?

-Bueno. Ahora con Extensión Agraria y los sindicatos, las solicitudes también se tramitan de manera eficiente. Recuerdo que también llegamos a llevar los temas de la Seguridad Social, era un trabajo muy interesante de hacer.

Es una persona muy conocida en Silleda, una popularidad que lleva con naturalidad porque Jesús Taboada Leira es un hombre la que le gusta departir con sus vecinos. El pasado mes de agosto la sala de gobierno del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia lo designó como juez de paz titular por un período de cuatro años. Ana Belén Seco González es la sustituta de un Jesús Taboada que se muestra orgulloso de haber sido propuesto por unanimidad en la corporación silledense. Jubilado ya, y apartado de la vida política municipal, el nuevo juez de paz de Trasdeza se toma con entusiasmo su nueva tarea.

-¿Qué le pareció su nombramiento como juez de paz?

-La verdad es que sólo llevo en el puesto un par de meses, pero tengo que decir que la gente que está conmigo está trabajando mucho y bien. Tenemos las dependencias en la planta baja de la casa consistorial, a la izquierda, por donde paso todos los días para firmar lo que haga falta. Hace quince días tuve que presidir tres bodas seguidas y, de momento, creo que llevo ya seis o siete bodas civiles. Lo que siempre les digo es que lo único que no les puedo dar es la bendición, pero les pido que no separen pronto.

-¿En qué consiste exactamente su labor como juez de paz?

-Hacemos más de lo que la gente se piensa. Allí tenemos conciliaciones, las certificaciones de defunción las damos también nosotros, así como nacimientos, bodas como te contaba antes, y todo lo que abarca un servicio de justicia de este tipo.

-¿Los vecinos de Silleda saben para qué sirve su juzgado?

-Yo creo que están bastante enterados, o al menos es lo que llevo notando desde que empecé hace dos meses. Se puede comprobar fácilmente porque ves como vienen a pedir certificados de nacimientos o fe de vida sabiendo realmente que nuestra oficina es a la que tienen que dirigirse si quieren conseguir esa documentación.

-¿Ya le han pedido alguna rareza en todo este tiempo?

-No por ahora. Además, ahora también me nombraron juez de la junta electoral comarcal, y estoy en contacto permanente con la titular del Juzgado Número 1 de Lalín para todo ello. Se dio la casualidad que me nombraron integrante de la junta electoral al día siguiente de jurar el cargo como juez de paz. No es complicado compaginar ambos puestos, aunque de vez en cuando hay que ir a Lalín para mantener reuniones en los juzgados. Ya digo que no hay problema con llevar los dos temas porque, en realidad, cuando más trabajo tienes en la junta electoral es cuando hay elecciones, claro. Digamos que no es agobiante.

-¿Cómo espera que sean los próximos cuatro años como juez de paz?

-Espero que sean tranquilos y, sobre todo, útiles para los vecinos de Silleda. Me gustaría agradecer el nombramiento porque se presentaron ocho aspirantes para el puesto, y en el pleno de la corporación municipal a mi me votaron todos los grupos políticos por unanimidad. Me hizo mucha ilusión saber que fui del agrado de la totalidad de la corporación porque eso es para mi todo un orgullo personal.

-¿Y no puede ser porque, a lo mejor, tiene fama de buena persona dentro de la corporación?

-No lo sé. Es cierto que estuve muchos años en el ayuntamiento como concejal y, también, como teniente de alcalde, y al frente de la cámara agraria en unos tiempos muy buenos para ese organismo. Desconozco si eso tuvo algo que ver, pero como digo estoy enormemente agradecido a todos ellos. Soy de los que pienso que en Silleda nos llevamos bien todos, independientemente del partido al que pertenezcamos, y eso es algo que hay que destacar en los tiempos que corren. Reconozco que puedo ser una persona muy conocida en Silleda porque, además, tuve allí un negocio donde, quieras o no, acabas conociendo a todo el mundo. Supongo que eso ayuda a la hora de que la gente sepa de ti y de cómo eres, pero insisto que les agradezco la confianza puesta en mi para este puesto.

-¿Ayuda ser tan conocido para ocupar ese cargo?

-Sí tengo que decir que hubo mucha gente que se acercó a la oficina para decirme que por fin estaba allí. Hay que recordar que mi predecesor en el cargo, Jesús Martínez, no se presentó a la reelección porque llevaba más de 40 años ejerciendo. Es curioso, porque en el Concello hacen ahora el chiste de que marchó un Jesús y quedó otro Jesús como juez de paz. También tengo que destacar que él me felicitó personalmente el mismo día que tomé posesión, y él también me dijo que se iba contento porque quedaba otro Jesús allí.

-¿Qué le comentó su familia cuando se enteró de su nombramiento definitivo?

-Me dijeron que no me metiera porque iba a estar muy ocupado con tantas cosas. Lo cierto es que ya trabajé unos años, y ahora me apetece dedicarme a una labor como la de juez de paz. De momento, lo llevo bien y tengo que reconocer que me está gustando mucho. El otro día tuvimos una reunión de todos los jueces de las provincias de Ourense y Pontevedra, en A Estrada, que resultó muy bien. Y eso que ese día me tuve que levantar de la sesión para hacer una boda a mediodía en Silleda. La verdad es que la reunión fue muy interesante porque nos explicaron algunos artículos del Código Civil que nos incumben.

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