Fundadas hace décadas para facilitar el acceso a la educación en el amplio rural de A Estrada, las antiguas escuelas unitarias conforman hoy día una extensa red de locales sociales. A mayores, desde hace años se ha dado a la parte de vivienda que incluían estas edificaciones -otrora pensada para su uso por parte de los maestros- un fin residencial para casos de emergencia y necesidad. En estos momentos 14 de estas escuelas del municipio se encuentran habitadas.

El edil estradense de Medio Rural, Medio Ambiente y Cultura, Juan Constenla, explicó ayer que estas instalaciones son cedidas en precario para unidades familiares que precisan un hogar en un momento puntual. Aunque algunas llevan ocupadas varios años, en estos momentos este tipo de alojamiento se regula a través del departamento de Servizos Sociais, concibiéndolo como una solución residencial para casos de emergencia social. El Concello de A Estrada, contando con la partida reservada en los presupuestos de este año y con algunos de los proyectos incluidos en el marco del programa A Estrada Social e Sostible (AESS), pretende continuar ampliando y consolidando una red de viviendas de emergencia social contando con esta infraestructura ya existente en el rural.

La mayor parte de estas escuelas tienen su parte inferior destinada a ser utilizada como local de asociaciones vecinales, culturales o de mujeres rurales, de manera que es la planta superior la que se usa como vivienda. No obstante, existen unitarias de distinta tipología constructiva. Junto al formato más clásico de edificio de planta rectangular con dos pisos, existen también parroquias en las que las antiguas viviendas de maestros se situaban de manera independiente a ambos extremos de la parcela, dejando el aulario en medio.

Las escuelas que estos momentos se encuentran habitadas son las de Arnois, las dos de Loimil, Pardemarín, Couso, Berres, Callobre, Vinseiro, Ribela, Guimarei, Parada, A Somoza, Santa Cristina de Vea y Orazo. Constenla indicó que se las cede en precario hasta que la situación de sus ocupantes mejore. Ello implica que, aun cuando el Concello las acondiciona antes de que estas personas entren a vivir en estas instalaciones, su mantenimiento corresponde a sus nuevos ocupantes. Explicó el primer teniente de alcalde que se dieron casos de familias que iban a entrar a vivir en una de estas escuelas y que renunciaron a esta oportunidad a los dos días por haber encontrado un empleo.

Habitualmente, estas viviendas presentan una superficie de entre 40 y 60 metros cuadrados, un espacio en el que se ubican generalmente una cocina, un baño, dos habitaciones y una pequeña sala. Algunas de estas casas se encuentran totalmente equipadas, contando con diferentes electrodomésticos. En otros ejemplos las instalaciones poseen un equipamiento mucho más sencillo. En todo caso, se indica que algunas de las personas que pasan a ocupar estas dependencias trasladan a su interior el mobiliario y el ajuar doméstico que poseen.

Al menos una por parroquia

A Estrada posee más de medio centenar de escuelas unitarias. Cada parroquia -a excepción de la de San Paio, el casco urbano- tiene una de estas edificaciones y, en algunos casos, incluso existen dos ubicadas en puntos diferentes de la misma. Es este el caso de parroquias como Frades, Lagartóns o Liripio, entre otras.

Muchas de estas escuelas han tenido desde sus orígenes un carácter social. Algunas de ellas son el legado de emigrantes que, cuando llegaron a América, se encontraron con que su formación académica les situaba en una clara situación de desventaja en el mercado laboral, viéndose obligados a aceptar los trabajos más ingratos y peor pagados. Muy lejos de la tierra que les vio nacer, afloró en ellos una solidaria e imperiosa necesidad de contribuir a que sus vecinos no tuviesen que verse nunca en una situación similar. El proyecto As Escolas da Emigración, del Arquivo da Emigración Galega -perteneciente al Consello da Cultura Galega-, realizó una labor de inventario y descripción de las edificaciones auspiciadas por la solidaridad de colectivos de emigrantes gallegos afincados en América. En el caso del Concello de A Estrada, esta labor de investigación cifra en 13 las escuelas promovidas con fondos de la emigración.