La cabaña de O Santo, como se conoce a los caballos que conforman las manadas de la asociación Rapa das Bestas de Sabucedo, ha perdido en las últimas horas y en violentas condiciones a dos de sus integrantes. Un caballo y una yegua propiedad de este colectivo aparecieron muertos en el lugar de Cimadevila, en el vecino municipio de Campo Lameiro. Ambos presentaban heridas de arma blanca que denotan que alguien quiso acabar con su vida asestándoles un golpe con un objeto punzante.

No es la primera vez que Rapa das Bestas de Sabucedo se enfrenta a un ataque a su cabaña pero esta nueva ocasión se vive con la misma rabia e indignación que las precedentes. La asociación no descarta que otros animales de esta manada hayan corrido la misma suerte. Y es que el primero de los dos ejemplares que apareció muerto es un "garañón", un macho dominante de una manada en la que se integraban una decena de equinos. Concretamente, se trata del mítico Zeppelín, uno de los bravos y vigorosos caballos de Sabucedo que habitaba el monte Cávado y cuyo arrojo arrancaba el aplauso del público durante la mítica Rapa das Bestas.

El caballo fue localizado junto a un río, hasta donde la asociación presume que fue arrastrado tras recibir una punzada mortal. Y es que sobre la carretera apareció una gran cantidad de sangre y huellas de rodadas, lo que hace presuponer al colectivo que el animal fuese pinchado cerca del corazón y se muriese antes de lo que preveían sus atacantes, obligándolos a alejar su cuerpo de la carretera y de las casas con ayuda de un tractor.

Tras recibir el aviso de este triste hallazgo, integrantes de la asociación, que vela durante todo el año por perpetuar esta ancestral tradición -reconocida en el caso de Sabucedo como Fiesta de Interés Turístico Internacional-, se personaron ayer en Cimadevila. Explicaron que Zeppelín presentaba una única punzada, bastante grande. Suponen que pudo ser causada con una especie de lanza o un cuchillo atado a un palo, que los causantes de la muerte del "garañón" podrían haber empleado -siempre según las estimaciones iniciales del colectivo- para herirlo mientras el animal avanzaba, con la presunta intención de que continuase su camino hacia el monte y terminase por desangrarse.

Todo apunta a que así murió el segundo équido de Sabucedo encontrado, ya ayer, en la zona. Se trata de una yegua preñada, integrante de la manada de Zeppelín. Calculan que pudo escapar del lugar en el que presuntamente se produjo el ataque y que, malherida, huyó hacia el monte, encontrando la muerte en su escapada hacia el Cávado, muy próximo a Cimadevila. También en este caso se encontró una única punzada.

Esta situación hacía pensar ayer al presidente de Rapa das Bestas, Henrique Bazal, que otros caballos de este grupo -calcula que restan al menos otros seis o siete- podrían haber corrido una suerte similar, de tal manera que sospechan que este ataque a la cabaña de O Santo se salde con más animales muertos. Incidió Bazal en que los équidos habrían emprendido la huida hacia su lugar de origen y que, si no están muy malheridos, podrían desplazarse durante kilómetros monte arriba.

El estado en que se encontraban los dos cuerpos, ya en fase de descomposición, hace estimar a Rapa das Bestas que los caballos hayan sido atacados hace ya días.

La asociación estradense alertó de lo sucedido a la Guardia Civil. Su Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) se personó ayer en el punto para iniciar una investigación sobre este ataque. Rapa das Bestas tiene previsto formalizar la correspondiente denuncia en las próximas horas. El colectivo quiso agradecer la colaboración del Seprona de Caldas en la figura de sus agentes y al dispositivo desplazado desde Vilagarcía de Arousa.

Esta no es la primera vez que se escenifica una matanza de caballos de Rapa das Bestas en montes de Campo Lameiro. Hace unos años aparecieron en este entorno ocho caballos también muertos con herida de arma blanca. El colectivo llevó el ataque al juzgado, presentando una denuncia y considerando que estos hechos podrían entenderse constitutivos de un delito de maltrato animal, de daños, de daños a bienes de carácter cultural y contra la fauna salvaje.

Al se preguntado por la problemática en esta zona, Henrique Bazal se reconoció ayer sorprendido porque, aseguró, nunca reciben llamadas de este entorno alertando sobre posibles daños que sus caballos puedan causar en propiedades particulares. "Las podrían coger, ir nosotros a por ellas y pagar los daños", señaló.

El presidente de Rapa das Bestas abogó por dejar ahora que el Seprona realice las investigaciones oportunas para poder esclarecer qué sucedió y en qué circunstancias fueron heridos de muerte al menos dos animales de la mítica cabaña de San Lourenzo.