Desde hoy y hasta el 6 de enero estará abierta la temporada de caza, que se presenta en Deza y Tabeirós-Montes con buenas expectativas en cuanto a la caza menor. La ausencia de lluvias durante el verano evitó que la peste se propagase entre los conejos y, aunque habrá que esperar a las consecuencias de las precipitaciones de los últimos días, los cazadores confían en que este año haya una población mayor que en la temporada de 2015.

En los montes de Lalín, la sociedad de caza que preside José Luis Gil sembró conejo "capturado en el monte con redes y hurones", para que la especie ya venga adaptada al medio. En los vecinos de Dozón la peste atacó sobre todo a finales del año pasado, igual que en Forcarei, "por eso los que quedaron empezaron a criar más tarde, así que tendremos menos población pero más esparcida", explica el presidente del colectivo, José Rodríguez. Los casi 100 cazadores de este municipio celebraron una asamblea anteayer para analizar el estado de cuentas y ver qué medidas hay que tomar para continuar con las repoblaciones, así que no se descartan toberas artificiales. "Tendremos que trabajar más el conejo y menos la perdiz", que crió bastante bien en este municipio, al igual que en Silleda, donde se optó por no efectuar repoblaciones y esperar a ver cómo se desarrollaban las parejas salvajes.

En Trasdeza sí se sembraron conejos, en torno a un millar de ejemplares "en zonas donde no había nada, y tuvimos más o menos fortuna", explica Jesús Caramés, el presidente de la sociedad de cazadores. Caramés detecta que en los montes de Silleda va a ser "un buen año de zorros", en consonancia con el resto de la comarca -Lalín celebró un campeonato en diciembre del año pasado para controlar esta población-. Normalmente, la presencia de este animal en el monte indica que hay ejemplares de otras especies de caza menor de los que es depredador, como el conejo, según indica el presidente de la Sociedade de Caza de Vila de Cruces, Gonzalo Gómez. En este municipio también se realizaron siembras de conejo y perdiz. Los primeros se vieron afectados por las altas temperaturas del verano, mientras que las segundas consiguieron adaptarse al medio.

La perdiz, a decir verdad, se convertirá en una de las piezas estrella de esta temporada, igual que el faisán en determinados territorios como en las 4.312 hectáreas del Tecor Farelo, de Agolada. Su presidente, José Manuel Blanco señala que fue la única especie que se decidió repoblar, por lo que se soltaron 50 ejemplares "y los tenemos casi todos". El faisán tiene ciertas ventajas frente a la perdiz, ya que encuentra alimento de forma más fácil. Pero, sin embargo, su repoblación suele hacerse durante estos meses, en plena temporada de caza, por lo que a veces su captura resulta demasiado fácil ya que en muchas ocasiones no sabe ni escapar de los cazadores. Además, como apunta el presidente del Tecor Río Ulla, Miguel de la Calle, el faisán, muy territorial, sufre una menor presión del zorro. También se sembraron medio centenar de faisanes en los montes de Forcarei, donde además se disponen de comederos para asegurar la supervivencia de las perdices, indica José Miguel Porta. Sin embargo, en otras zonas como Rodeiro o Silleda este año no se optó por introducir más faisanes en sus montes. En Camba sí se afanarán durante las próximas semanas en sembrar trigo y centeno para que las aves dispongan de alimento, mientras que en enero y febrero se realizarán desbroces, explica el presidente del colectivo de cazadores, Rubén Quintá.

El jabalí escasea en Cerdedo

El verano pasó sin que se registrasen grandes incendios en las comarcas. Ello permitió que sobreviviese la caza menor pero también que el jabalí siga disfrutando de escondites en monte viejo. En una batida celebrada en Silleda la semana pasada se cazaron seis ejemplares, y su presencia es muy notable en Dozón, Rodeiro y Forcarei, donde el año pasado la caza de este animal "fue regular", recuerda Porta. Su vecino Xavier Rodríguez, de la Unión Deportiva Cerdedo, explica en este sentido que "los cazadores se quejan de que no hay jabalí, pero conforme va pasando la temporada aumenta su cantidad. En este municipio apenas tenemos daños en la agricultura, si bien es cierto que también se siembran fincas contadas y que suelen estar cerradas". Este cazador aboga por realizar quemas en invierno que, además, pueden sirven de cortafuegos en verano. "Es un sistema de prevención barato y efectivo", asegura.

El corzo también crea opiniones dispares. Su número ha bajado en Dozón "por la peste y por el lobo. Días atrás encontramos un criadero de lobos con un auténtico cementerio de huesos de corzo y perros", explica Rodríguez. Sin embargo, la población de esta especie aumentó en Cerdedo, donde se practica cacería combinada con la del jabalí y donde ya está cubierto el cupo de cinco machos y una hembra, como indica el presidente de los cazadores.