El Partido Popular de Lalín ha recogido el guante lanzado por el alcalde, Rafael Cuiña, acerca de establecer acuerdos en la gestión municipal. Para la formación liderarda por José Crespo este ofrecimiento parte desde una perspectiva de la necesidad de un ejecutivo en minoría que trata, ahora, de abrazarse al principal grupo de la oposición. En la valoración del exalcalde hay más advertencias y críticas al que denomina "gobierno de perdedores" que pasos concretos y, apelando a la prudencia, afirma que el PP descarta un acuerdo "genérico" y apuesta porque las propuestas sean analizadas por separado y decidir en función del alcance de las mismas.

Crespo aduce que no habrá "cheques en blanco" a Cuiña y a su grupo "para garantizar la estabilidad de un "gobierno débil", aunque sí es favorable al diálogo para llegar a acuerdos "por el bien de Lalín y para que no se dilapide en un par de años la herencia que les quedó". El popular incide en la "preocupante inestabilidad" del gobierno, que atribuye a quien nunca supo gestionar "ni su propio equipo de trabajo". Crespo anticipa que la estrategia del PP pasa por analizar cada una de las propuestas por separado y de forma puntual. Luego sería, de manera colegiada, el grupo municipal el que tomase la decisión en cada caso. Cree que la nueva oferta del mandatario es más fruto de la necesidad que de una voluntad real de diálogo y consenso, de ahí que su portavoz se muestre "escéptico" y "desconfiado" por lo acontecido en otras ocasiones.

Crespo Iglesias opina que en este mandato el PP realizó una oposición "firme y constructiva" y que seguirá fiscalizando la labor del ejecutivo y apoyando o rechazando sus decisiones en función de lo que representen para la ciudadanía. Otra de las pullas en forma de crítica a los representantes del gobierno local llega cuando sostiene que están acorralados y en minoría y por eso "piden ayuda, pero no pueden pretender que sea la oposición la que les resuelva sus problemas". El punto álgido de la réplica de Crespo al ofrecimiento de negociaciones anunciado el sábado por el alcalde se produce cuando el representante del PP afirma que si el gobierno "no sabe, no quiere o no es capaz de gobernar", debería "dejar paso". El partido de la oposición nunca se había pronunciado en estos términos y con estas 14 palabras ya no oculta que una de las salidas a la crisis de un gobierno que perdió la mayoría con la marcha de su propio grupo del edil Juan José Cruz sería su cese en bloque. Justifica en cierta medida estas afirmaciones desde su desacuerdo de que "un gobierno de perdedores" pretenda que la estabilidad llegue con la cooperación del partido que fue desplazado de la oportunidad de regir el ayuntamiento. "Estamos abiertos a estudiar todas las propuestas que se nos presenten y aprobar aquellas que sean de interés para los vecinos, pero lo que no pueden pedir es una mano tendida para conseguir un equilibrio que ellos no fueron capaces de mantener", recalca.

José Crespo reitera que su partido no alcanzará de ninguna manera un acuerdo genérico sin más y tampoco entregará una carta de estabilidad "a un gobierno débil y que está en minoría con respecto a la oposición" que además tomó decisiones que estima alejadas de la voluntad generalizada de los vecinos. En este sentido hace mención al acuerdo del "laicismo" -en relación a la aconfesionalidad- o el plan de peatonalización de calles. Y va más allá al certificar que el PP no tolerará "presiones, acusaciones o comportamientos reiterados como los registrados cada vez que al gobierno no le va el agua por donde quiere". Y tampoco participar "en el juego" de ser gobierno y oposición "mientras a nuestras espaldas nos culpan de todos los males de Lalín". Ahí es donde los populares manifiestan ahora su fortaleza tras meses en los que el gobierno, con mayoría, a su entender atacó con vehemencia al anteriores equipos de gobierno populares por su gestión. Mientras el cuatripartito entendía que debía usar las armas que tenía a su alcance para transmitir los cambios en el modelo de gobernar y eso pasaba por cuestionar parte de la gestión anterior, el PP en ocasiones sintió atacado su orgullo. Crespo cuestiona, en este sentido, la "falta de lealtad" del alcalde y de su gobierno "con la oposición y con el PP" cuando se culpa a este partido de no hacer obras en un vial en Goiás cuando nunca se propuso. Todavía sigue escociendo la decisión del gobierno de convocar al pleno a los vecinos de la rúa Dos Lirios para evidenciar el bloqueo inicial de los populares a las obras de seguridad en esta calle. O decir que la Xunta no da dinero para Lalín, "cuando las inversiones están encima de la mesa". "Quieren culpar de su incompetencia política al PP, pero esa estrategia tiene las patas muy cortas", concluye el portavoz municipal popular.