Los nueve concellos de interior que conforman Deza y Tabeirós son el ejemplo del despoblamiento que padece Galicia, agravado en los últimos años, por el regreso a sus países de origen de personas que habían venido para trabajar en las comarcas en los años de mayor pujanza de la economía. Con la llegada los padrones municipales comenzaron a resentirse por varios motivos. Al ya de por sí crecimiento vegetativo negativo se sumaron dos factores clave: el retorno de los inmigrantes al quedarse sin empleo y los vecinos de pleno derecho de la zona que se fueron al extranjero en busca de la oportunidad laboral que no tenían en su entorno más cercano. Desde la crisis el Padrón de Residentes en el Extranjero (PERE) aumentó en 4.342 personas.
Si en el año 2009 había fuera de España un total de 19.772 ciudadanos de alguno de los nueve municipios de las comarcas en el extranjero, los datos de este año indican que este registro se ha disparado hasta los 24.114. Las situación no pinta mejor en el último año pues,. excepto el caso de Forcarei, los demás concellos siguen mandando más habitantes al extranjero: en concreto, 204 más.
Si nos ceñimos a los datos del PERE en el período 2015/2016 nos encontramos que en Lalín este censo ha aumentado en 51 personas. Son lalinenses empadronados en su localidad que han cogido las maletas para irse a otro país. En la actualidad existen 5.607 empadronados en la capital dezana residiendo en el extranjero. Viendo lo acontecido entre el comienzo de la crisis y el balance actual hay que apuntar que son 1.118 personas más que ya no viven donde están empadronados. El balance de A Estrada en estos siete largos años de crisis se salda con 1.004 vecino más en el extranjero, para totalizar 6.028. De esta cifra, 82 corresponden al último año. Silleda, con menos de la mitad de la población total que A Estrada, ha visto como durante estos años su censo de ciudadanos fuera de España se ha incrementado en 506 personas y 9 en el último año para aglutinar así a 3.295. Naturales de Vila de Cruces constan 1.693 ciudadanos en el extranjero tras un aumento de 346 por la crisis y 11 de ellos en un año. Agolada perdió un total de 173 residentes y ahora tiene 807 fuera del país, de los que 6 corresponden a los últimos doce meses. Rodeiro es, en términos porcentuales, el que más vecinos envió al extranjero en un año. Son 45 de los 458 absolutos y su PERE alcanza los 2.118. Dozón, que apenas rebasa el millar de habitantes totales, cedió desde 2009 exactamente 118 vecinos y 8 durante 2015. En Forcarei el grueso de residentes en el extranjero subió en 348 personas para sumar 2.442. Sin embargo, durante el último año el PERE ha descendido en 13 personas. En Cerdedo, por el contrario, sube en cinco y se sitúa en 1.497 tras aglutinar a 271 durante la crisis. Si en Lalín o A Estrada casi tres de cada diez empadronados residen fuera de España, en Rodeiro el porcentaje está en el 78% y en el 82 en Cerdedo.
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Pero al margen de los movimientos migratorios, entre 2009 y 2015 Deza y Tabeirós ha perdido un 8,3% de su población total. Este dato es muy superior al 1,29 de la media provincial o el 2,28% de la gallega. En total los nueve concellos han cedido 6.102 habitantes, situándose su censo en 67.328. Lalín es el territorio que más vio afectado su padrón durante la crisis al ceder 1.249 vecinos. En A Estrada fueron 855 y 476 en Silleda. Vila de Cruces bajó de la barrera de los 6.000 tras una caída de 919. En Rodeiro son 653 menos y 509 en el caso de Agolada. Dozón cedió el 35% de su padrón municipal; o lo que es lo mismo, 653 habitantes. Forcarei bajó en 536 y Cerdedo pasó de 2.290 a 1.828.
