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De luces y sombras

La falta de repuesto para las lámparas tradicionales de sodio obliga a planificar una transformación del alumbrado público, apostando por sistemas más eficientes

A Estrada tendrá que ir sustituyendo las lámparas de sodio por led. // Bernabé/Luismy

El alumbrado público se lleva cada año un generoso trozo del pastel presupuestario. En algún momento se llegó a cifrar este desembolso en el 10% de la cuenta estradense. Nada menos. No es de extrañar que en sucesivas ocasiones se hayan realizado intentos, por interés medioambiental pero también por un afán marcadamente económico, de poner en marcha sistemas de ahorro y eficiencia energética. El último ejemplo lo ofrece la Rúa Iryda, una céntrica calle donde las lámparas de sodio se terminaron ayer de sustituir por bombillas de led. Esta apuesta dejará muy pronto de ser voluntaria para convertirse en obligatoria ya que las lámparas que poseen muchas farolas de A Estrada tienen los días contados.

El alcalde, José López Campos, reconoció en el último pleno los problemas de reposición que se ciñen sobre las tradicionales lámparas de sodio. Subrayó que ya prácticamente no se comercializan, de manera que el Concello no tendrá más remedio que comenzará a planificar un cambio en su alumbrado público, caminando, en paralelo, hacia un era más eficiente en este servicio.

Al ser preguntado por esta cuestión, el edil estradense de Medio Ambiente, Juan Constenla, explicó ayer que todavía quedan algunos recambios pero asumió que pronto habrá problemas para encontrar repuestos. Ello invita a comenzar a cambiar la tecnología, de manera que lo que se está planteando es comenzar a dotar a estas farolas de led, con un bajo consumo energético.

Constenla explicó que ya se estuvieron realizando pruebas en distintos puntos de la villa. Luminarias nuevas como las de la calle que va hacia el nuevo campo de fútbol municipal cuentan ya con este sistema. Los led se probaron también en algunos puntos de Serafín Pazo y en la avenida da Cultura, al efecto de comprobar si aportaban la misma intensidad lumínica.

La Zona Deportiva y la Rúa da Cultura, en base a las previsiones que barajó el propio alcalde en el pleno, parece estar llamada a continuar la senda de la eficiencia energética, en este caso también aprovechada para paliar la deficiente iluminación de una parte de la villa que emplean muchos ciudadanos para practicar atletismo.

Sin embargo, no serán estas las primeras calles en las que se ensaye el ahorro de energía. Las avenidas de Benito Vigo y Santiago son dos ejemplos de iniciativas previas para tratar de recortar la factura de la luz. Junto a estos ejemplos figuran propuestas más de andar por casa aunque, sin duda, también eficientes. En Calvo Sotelo, una de las vías más céntricas de la villa, se aplicó un apagado selectivo, dejando por la noche únicamente encendidas las farolas de un lado de la calle. En otras vías se apostó por reducir la potencia, variando la intensidad lumínica a partir de la medianoche. Algunas calles adoptaron el mismo sistema que Calvo Sotelo y en otras se contemplaron luces apagadas de manera alterna.

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