Los propietarios de la presa de Coto remitieron una demanda contra la Consellería de Medio Ambiente en la que piden que devuelva el estado de la tosta a su aspecto original o que les abone una indemnización. El departamento que encabeza Beatriz Mato derribó en agosto del año pasado esta presa sobre aguas del Deza entre Silleda y Cruces, al confundirle con la presa de García, situada aguas arriba, y la de Martínez, al amparo del programa europeo Life Plus Margal Ulla, con el que se pretende recuperar especies autóctonas como el topillo y el mejillón de río. Sobre el Ulla y el Deza hay otro medio centenar de tostas, y logró salvarse a medias una en A Devesa (Carmoega, Agolada).
La portavoz de la familia, Pilar Casal, recalca que en el escrito se alega que "la presa formaba parte del entorno y de una finca privada, en la que entraron las máquinas sin notificación previa". Recuerda, además, que la tosta tenía una concesión del caudal de agua hasta 2035, es decir, todavía le quedaban 19 años en vigor, aunque los molinos a los que daba servicio (con tres ruedas en total) estuviesen parados desde hace tiempo.
La presa de Coto se construyó en el año 1759, pero es que la mencionada de Martínez es incluso anterior, con documentos que demuestran que se erigió hace justo medio milenio, en 1516. De hecho, la relevancia de estas construcciones aparece en documentos de Patrimonio, donde se aconseja no derribarlas porque al hacerlo se desconectan los molinos del caudal del río.
Por su parte, los vecinos de Gres se reunirán durante estos días con su abogado para preparar su demanda por esta acción de Medio Ambiente. Se quejan, entre otras cosas, de que el departamento autonómico se limitó a poner el documento a exposición pública, sin cursar una notificación a todos los afectados.
