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Mimos y riesgos para el suelo pélvico

La fisioteapeuta uroginecológica Ana Campos desvela en A Estrada cómo cuidarlo

Público asistente, ayer, a la charla sobre suelo pélvico en el Centro Vithas de A Estrada. // Bernabé / Wendy C.

El suelo pélvico está formado por los músculos de la parte inferior del abdomen, que tapizan la pelvis. Sostienen las vísceras -la vejiga y el recto- y, en el caso de las mujeres, también el útero. Tiene una función ginecológica, que se evidencia en el parto, con el alumbramiento del bebé. Pero también mantiene la continencia, evitando pérdidas de orina. Puede lesionarse en un momento -cargando un peso, dando a luz, practicando deportes como el running o a causa del estreñimiento, por ejemplo- pero su deterioro es una pesadilla que quienes lo sufren padecen día a día. La incontinencia urinaria es una de sus consecuencias más frecuentes. De ahí la importancia de conocer los riesgos que lo amenazan, los cuidados que le convienen y las terapias que pueden mejorarlo en caso de que ya se haya lesionado. Precisamente en ello se centró ayer la fisioteapeuta uroginecológica Ana Campos en el Centro Vithas Salud Fisium A Estrada, en una charla gratuita.

De raíces ourensanas, esta vecina de Pontevedra -que estudió Fisioterapia en la ciudad del Lérez, luego cursó el master en Pelviperineología en Toledo y ejerce su profesión en el Centro Vithas Salud Fisium de Pontevedra- señala que es posible cuidarlo día a día manteniendo una postura adecuada, una alimentación correcta y preparándose adecuadamente para afrontar el parto.

En relación con la postura apunta que debe ser "erguida", evitando tener los hombros encogidos porque ello conlleva una postura inadecuada en la pelvis que a la larga puede lesionar el suelo pélvico, haciendo que los músculos que ejercen de amortiguadores se tornen rígidos y, por tanto, no ejerzan bien su función, ocasionando pérdidas de orina.

En materia de alimentación, aconseja hábitos saludables que eviten el estreñimiento, una de las principales causas de daño del suelo pélvico. Y cuando una persona -sea mujer u hombre padece urgencia miccional- evitar el consumo de café y bebidas gaseosas porque irritan la vejiga y acentúan su problema. Agrega que hay rutinas que deberíamos incorporar como, por ejemplo, cargar un peso con la espalda corregida, doblando las rotillas y evitando flexionar el tronco hacia delante para no ejercer demasiada presión sobre el periné o suelo pélvico. También al toser se debería tener cuidado, evitando que la barriga se abombe y optando por mantenerla quieta o "meterla hacia adentro".

Prepararse para el parto -entrenando para saber cómo empujar- puede ahorrar dolores y daños que incluso tras el alumbramiento pueden dejarle secuelas, impidiéndole incluso disfrutar de un orgasmo. También deportes de alto impacto como el running pueden deteriorar el suelo pélvico. Para evitarlo se pueden hacer ejercicios que lo refuercen. Músculos dañados por la cirugía tras un cáncer de próstata en los hombres pueden causar también incontinencia urinaria. "Prácticamente todas las mujeres pasaremos por un problema de suelo pélvico", advierte. Hay que hablarlo con el médico, el urólogo o el ginecólogo como el que a partir de ahora consultará en el Centro Vithas de A Estrada, Juan Mariño.

Tablas de ejercicios para tonificar los músculos y distintas terapias pueden corregir o mejorar los problemas en el suelo pélvico. Y la terapia conductual puede mejorar la enuresis (micción no controlada en los niños), evitando que beban poco antes de irse a la cama, teniendo una rutina de micciones controladas durante la noche o haciendo ejercicios de manera lúdica. Son trucos con los que ganar calidad de vida día a día.

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