Así las cosas, de las 120 viviendas que cambiaron de dueño en los últimos seis meses, 93 son inmuebles ya usados, de modo que el 77,5% de las casas que se vendieron en la zona estuvieron ya habitadas con anterioridad. Desde la inmobiliaria Inverdeza ya se apuntaba meses atrás que existe un mercado muy consolidado de la vivienda de segunda mano, debido entre otras cosas al parón urbanístico que trajo la crisis.

Y es que la recesión económica que estalló hace ya nueve años provocó que se estancase de forma progresiva la construcción, sobre todo en Lalín, un municipio donde éste era además un sector estratégico, junto al textil. Por eso, conforme va pasando el tiempo se reduce de forma progresiva la oferta de pisos a estrenar. Ante esta escasez, es normal que los compradores se decanten por buscar vivienda de segunda mano, a sabiendas de que habrá ocasiones en que estas casas no le ofrezcan las mismas prestaciones y servicios que puede dar una vivienda nueva. Eso sí, hay que tener en cuenta que en vivienda a estrenar hay también un mercado a través de los pisos que venden los bancos y que proceden de embargos a sus anteriores dueños, que no han podido asumir la hipoteca.

En cualquier caso, y a la espera de lo que ocurra en este segundo semestre del año, todo apunta a que la contención de precios de la vivienda y el ligero aumento del poder adquisitivo ayudarán a que, poco a poco, se recupere el ritmo de ventas.