La comisión de fiestas de As Dores empieza a hacer balance de los gastos y también a reflexionar sobre las críticas recibidas. Fueron unos festejos muy polémicos en las redes sociales, donde muchos vecinos se quejaron por diversos motivos. Por ello la comisión decide no preparar las próximas fiestas.

"Lo importante es destacar que no llovió. No fueron las fiestas esperadas por nosotros, pero hicimos lo que pudimos con las aportaciones que teníamos", comenta Daniel Antelo, presidente de la comisión. Las quejas, a las que dice que no les hace caso, fueron múltiples y de diversos sectores. "No podemos cumplir con todos. Cada establecimiento quiere que en su calle haya algo. Por ejemplo, el lunes por la noche quedó una discoteca móvil pagada por un negocio en la Praza da Igrexa. A nosotros nos llegaron quejas vecinales, pero nosotros no tuvimos nada que ver.", comenta Antelo sobre la polémica de la discoteca que fue tan comentada durante el día de ayer en las redes sociales debido a que estuvieron tocando hasta altas horas de la madrugada. En cuanto al cartel de este año, explica que pensaron más en los niños, por eso estuvo lleno de actividades durante todos los días para que ellos pudiesen disfrutar de los festejos. "El lunes, que fue el Día do Neno la calle Principal estuvo llena. Nosotros pensamos en las familias que no pueden pagar las atracciones a los hijos, de hecho, nos agradecieron que pensáramos en ellos", comenta Antelo. Por otro lado, apunta que las orquestas del domingo y el lunes hicieron lleno en la Praza da Igrexa, algo satisfactorio. Mientras que los dúos estuvieron para rellenar cartel y que amenizaran los descansos de las otras agrupaciones.

Después de todos los trabajos realizados, de pasar cinco días sin descanso, tratando de que todo estuviese lo mejor posible, Daniel Antelo afirma que no volverá a organizar otras fiestas de As Dores. "la gente no apuesta por las fiestas. Laos vecinos de Lalín no son agradecidos con nada", apunta. Este año, la celebración tiene un coste de 83.000 euros aproximadamente. Para ello, el Concello tuvo que aportar del 70% de los ingresos. Queda un 25% por parte de los negocios y un 5% de los particulares. Esto equivale a que menos de 300 casas colaboraron con las fiestas y en torno a 380 negocios hicieron sus aportaciones. "Es muy triste que de 4.000 viviendas habitadas ni la mitad aportaran y lo mismo con los negocios, puesto que en Lalin hay 850. Para mí, hay cosas más importantes en las que debe invertir el Concello no en las fiestas", comenta con decepción. Además, a raíz de las aportaciones, muchos establecimientos se quejan porque en sus calles no hay nada o no lo suficiente. Sin embargo, la comisión siempre mira todas las posibles calles en las que colocar algo. "No se dan cuenta que en muchas calles no se pueden meter las grandes orquestas, nosotros siempre medimos todo para que no haya problemas. No se pueden metes las grandes orquestas en cualquier calle". Con el fin de estos festejos y con las cuentas aún sin hacer, consideran que no obtendrán pérdidas, pero que tampoco tendrán ganancias. Por toda la polémica Antelo afirma que "Lalín se debería quedar sin fiestas, así ya está". Después de realizar el trabajo de forma altruista, la comisión se despide de las fiestas y solo piensa en disfrutar de ellas, si las hay, desde el otro lado de la barrera, sin trabajar.