La aplastante victoria del Partido Popular se refleja en cada una de las 39 mesas, donde en ningún caso ve amenazada su hegemonía. Cierto es que el PP tiene en las aldeas un importante granero de votos y en la transformación del municipio en los últimos años los partidos deben buscar apoyos entre el electorado más urbano. Si en la convocatoria electoral de 2012 el PP había cedido 326 papeletas con respecto a la cita anterior, ahora esta situación se revierte. Ahora suma 345 votos más, que el partido vencedor logra en las 11 mesas urbanas, las dos de Donramiro y en la que depositan sus sufragios los vecinos de Lalín de Arriba.

El reparto del voto urbano está claramente delimitado, por un lado, por los casi tres millares de apoyos que cosecha el PP, así como la presencia de En Marea. Esta última formación es ya la segunda entre el electorado urbano, adelantando de este modo al PSOE. La lista que lideraba Luis Villares llega hasta los 807 sufragios en estas 14 mesas tras ganar 291 apoyos más que los que tuvo la coalición AGE en 2012. Si los populares remontan y rebasan los tres millares de apoyos en el casco, los socialistas se quedan con 658 tras perder exactamente medio centenar. Las cosas para el BNG no cambian demasiado pues, aun presentando un balance positivo, la diferencia es de 11 papeletas a favor. En este ámbito, En Marea cosecha 150 votos más que los socialistas gallegos.

En el rural la hegemonía del Partido Popular es más incontestable todavía. Además de arrasar en la totalidad de las 25 mesas distribuidas por las parroquias, incluso fue capaz de subir en votos en una decena de ellas. Mención especial merecen casos como la de Anzo, en la que el PP se sitúa con el 86% de las papeletas emitidas. Salvo tres casos; Santiso, Moneixas y Bermés, el nicho de apoyos a esta formación política es de más de un centenar. Mientras tanto el PSOE, en el mejor de los casos, apenas rebasa los 40 en las de Catasós y Cercio. La candidatura liderada por Xoaquín Fernández Leiceaga cae en apoyos en el casco urbano y en la práctica totalidad de las mesas del rural. De distinta manera se ha mostrado el electorado con En Marea. Cierto es que su principal ascenso se da entre el voto urbano, al pasar de 473 a 754 apoyos, en las del rural también muestra una tendencia alcista al sumar 337 papeletas. El BNG aguanta en términos generales pese a perder la confianza de 40 electores, sí ha sido capaz de ganar apoyos en el casco urbano.

Aunque no puede establecerse una comparación entre esta convocatoria electoral y la de las municipales de 2015, sí existen algunas zonas que se han visto involucradas en disputas entre gobierno y oposición. En Catasós, con la problemática del trazado de la línea eléctrica por Casas Vellas, el PP pierde 46 votos y el PSOE gana una docena. En Losón, con el caso de la fallida campaña de firmas contra una moción popular, este grupo conserva su holgada mayoría. PSOE baja, BNG también y sube En Marea.