De casta le viene al galgo. Adrián quiere seguir los pasos de su madre al frente de la cafetería Galaxia de Lalín, donde ya echa una mano, pero aportando su grano de arena particular. Adrián González Batán es un entusiasta del café elaborado a conciencia, y por eso apuesta por profundizar en el conocimiento de esta popular bebida para ponerla en valor en su tierra natal.
-¿Por qué le gusta tanto ahondar en el conocimiento de la correcta elaboración del café?
-De hecho, estudio hostelería por el café. Siempre me pareció un mundo muy apasionante. Desde la producción, porque es un producto muy trabajoso que pienso que no se valora lo suficiente hoy en día. Se trata de un producto que casi todos hemos consumido y apenas valoramos, la verdad. Hay gente que no le pone empeño en conseguir un buen producto.
-¿Por qué piensa que eso sucede en esos casos determinados?
-Lo que falla es la formación del hostelero. Hay gente que no sabe ni qué especie de café le venden, y el producto se convierte en algo secundario. A los vendedores que vienen por aquí ya les digo que para mi lo más importante es dar con un buen producto para el cliente.
-¿Qué intentará hacer en el Galaxia para distinguirse de los demás en cuanto al café se refiere?
-Sobre todo, me gustaría transmitir a la clientela esta preocupación por un producto bien elaborado, poner el cien por cien en cada café que se sirva, ponerle ganas y no trabajar por trabajar.
-¿Les preparan para ello adecuadamente en la escuela?
-Allí, la verdad, el tema del café es muy importante. Durante los primeros meses es un asunto que se aborda en profundidad, y puedo decir que tuve unos buenos profesores sobre esto. Ellos fueron los que me enseñaron todo lo que es el mundo del café, su elaboración, la recogida, los procesos por los que pasa antes de llegar a las tazas en las que se sirve finalmente.
-¿Cuál fue el mejor café se ha tomado hasta el momento?
-Un café te puede parecer bueno por el momento en que te lo tomas, por la experiencia, y muchas veces es eso lo que hace que recuerdes haber tomado uno.
-¿Existen cafés al alcance de unos pocos privilegiados?
-Sí, claro. Está el café de Jamaica Blue Mountain, que está alrededor de 130 euros el kilo porque sólo se produce en una zona determinada de Jamaica y a mucha altura. Hay que recordar que a mayor altitud mejor es el producto, y por eso en los trópicos está el mejor.
