Las fincas de la cuarta fase del polígono Lalín 2000 verán reducida su tributación en más de un 70%. El Concello de Lalín ha conseguido que la Dirección General de Catastro en Pontevedra realice un procedimiento de revisión simplificada de las parcelas afectadas para que sus propietarios paguen el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) de acuerdo con la situación real de sus predios. "Se hizo justicia", proclama el concejal de Urbanismo, Nicolás González Casares, que da cuenta de las gestiones con Catastro -iniciadas hace un año, tras anteriores trámites "infructuosos" del gobierno del PP- y de varias reuniones con los afectados de Filgueira.

El valor catastral de las fincas de la ampliación del parque empresarial ha pasado de 3.370.415,15 euros en 2015 a los 1.013.063,98 euros de la actualidad, de modo que la tributación ha caído de 16.284,92 euros a 4.498,88. Esto supone una bajada del 72,37% para las 131 parcelas afectadas por la revisión simplificada. A modo de ejemplo, un recibo por el que se pagaban 443,32 euros se queda, tras el procedimiento, en 121,34%, lo que se traduce en un descenso de más del 72%.

La medida es de aplicación ya en los recibos de este año, de modo que si a alguno de los afectados le siguen llegando sin reducción, debe presentar una reclamación ante el ORAL. La posibilidad de que no se reproduzca la rebaja en las tributaciones obedece, explica el concejal, a que "puede que no todas las fincas hayan sido introducidas para la tributación de 2016, pero deben saber que tienen los mismos derechos de rebaja que las demás".

Casares pone en valor el trabajo coordinado por el Concello con Catastro, a quien agradece el esfuerzo realizado, y subraya que, tras "tantos años de lucha", los vecinos de Filgueira obtendrán respuesta a unas reivindicaciones "que ni el mismo conselleiro [Román Rodríguez, exedil de Urbanismo] fue capaz de solventar en su momento".

Suelos secuestrados

El también teniente de alcalde afirma que los suelos de la cuarta fase de Lalín 2000 están "secuestrados" por el Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS), porque sus dueños "no pueden hacer uso de ellos, ni venderlos o traspasarlos, mientras mantienen la naturaleza urbana". A raíz de la revisión efectuada por el organismo catastral, las parcelas no cambian sus usos, pero, al menos, "baja mucho su tributación", alega Casares.