Zobra es una gran desconocida a nivel histórico. Actualmente aún se siguen haciendo numerosos descubrimientos por diversos lugares de la zona. Eso es lo que sucedió en el año 2013 cuando el vecino Manuel González Taboada halló una tumba al lado de la iglesia. Sin embargo aún no se hizo nada al respecto para catalogarlo. Normalmente estas excavaciones bajo tierra, a unos dos metros de profundidad, responden a la necesidad de perseverar los cadáveres devorados por animales.
-¿Cómo el descubrimiento que hizo en Zobra?
-Pues muy sencillo. Yo acostumbro a andar mucho de paseo por la zona y mirar debajo de las piedras. Aquí en Zobra hay muchas cosas que a mí me parecen interesantes, sin embargo la gente de aquí y de fuera no le dan importancia ninguna. Entonces, un día, junto a la iglesia me fijé en las dos anclas apoyadas en el torreón de tierra. Metí una cámara que tenía en el hueco, hice unas fotos y me di cuenta de que eso tenía que ser algo importante. Se lo conté a algunos vecinos. Unos se rieron de mí y otros pues dijeron que se lo había que decir a alguien. Después llamé a Antonio Presas, para que viniese porque mi miedo es que anduviesen ahí y lo estropeasen. Cuando lo vio, ya se dio cuenta de que era una tumba y metió su móvil en el hueco, hicimos fotos, pero no seguimos con el tema, hasta el otro día que se le dio por hacer una publicación con toda la información.
-¿Cuándo fue el hallazgo?
-La encontré en el mes de mayo del año 2013, por lo que ya hace más de tres años. Fue cuando se iba a casar mi hija y yo quedé fuera de la iglesia y anduve por los alrededores de ya que escuchara que había indicios de que allí se encontraba algo que no era habitual.
-¿Realizaron algunos trabajos desde que usted hizo el descubrimiento?
-No, no anduvieron por allí. Yo se lo estuve enseñando a algunos vecinos, para que tuviesen conocimiento de ello, pero nada más.
-¿Van a hacer algo para saber más datos de lo que puede ser?
-Claro, este domingo Antonio Presas se puso en contacto conmigo para decirme que estuvo enviando documentos al ayuntamiento y a patrimonio a Pontevedra, para intentar de alguna manera catalogarlo y para realizar excavaciones. Yo no se lo que corresponde hacer en estos casos.
-¿Usted ya hizo más descubrimientos?
-No es que yo realizase más hallazgos, sino que las cosas están ahí, pero nadie les hace caso. Este es el caso de una mámoa que siempre fue conocida como un marco, pero es una especie de castro o algo así. Después hay la Casa dos Medos. Nadie le hace caso. Yo tengo fotografías de cuando se quemó habrá ya unos doce años. Ahora esto todo está cubierto porque nadie le hace caso.
-¿Cuál es su temor, que los dañen?
-Claro, porque pueden realizar algunas obras y además nadie sabe lo que son. Aquí junto al cementerio, todo esto tiene dueño y estos terrenos se están vendiendo. Las máquinas que metieron para realizar las obras de los panteones no tuvieron ningún tipo de precaución, esto puede dañar estos descubrimientos.
-¿A usted le gusta que valoren estos hallazgos?
-Por supuesto. Además que me gusta encontrarlos. En estos tiempos no se puede vivir de nada y a mí me gustaría que realizaran algo con todo lo que hay por Zobra.
-¿Qué le parece que deberían hacer?
-Pues como mínimo catalogarlo. Por lo menos, el torreón, como es conocido aquí en Zobra, mantenerlo limpio y que se vea mejor. Si solo hacen eso, las piedras que cayeron de arriba, puede que se sepa cuántos años tienen y cuánto hace que están cubiertas. Considero que puede que con el paso de los años vayan a caer más. Lo importante es saber más historia. La iglesia, por ejemplo tampoco estaba ahí, sino que estaba más abajo, según cuentan algunos señores mayores, también encontraron algunos rastros de eso. Se podría hacer un libro histórico.
