Deza y Tabeirós tienen la segunda mejor ratio de oficinas bancarias por habitante de las comarcas de la provincia. Los procesos de fusión e integración de las sociedades crediticias habidos en los últimos años han provocado que los concellos de la zona se hayan, también, visto afectados por cierres de despachos, pero con todo supera a todos los territorios provinciales a excepción de la comarca de Caldas. En una década han sido una quincena las oficinas que han echado el cierre y los últimos datos constatan que en esta zona mantiene su actividad 42 oficinas de distintas entidades. Mientras que la ratio en el conjunto de la provincia es de un despacho por cada 1.731 potenciales clientes, en Deza y Tabeirós este promedio baja hasta los 1.603.
La última distribución de oficinas bancarias deja a la comarca dezana con 25, mientras que las 17 restantes están en los tres municipios de Tabeirós-Montes. Si echamos la vista atrás y miramos las que había hace una década, hay que señalar que en Deza funcionaban 33 despachos de entidades crediticias y 24 en la comarca vecina. Si el recorte de sucursales en el conjunto de la provincia fue del 29% en diez años, los nueve concellos de la zona no alcanzan este porcentaje y salvo las comarcas más pobladas como Vigo, Pontevedra, O Salnés y O Morrazo, esta zona tenía y conserva un censo mucho más amplio de sucursales. Así, mientras en Deza y Tabeirós se pasó de 57 a 42, en O Baixo Miño había 37 y ahora quedan 24. Su ratio es de un despacho por cada 2.095 vecinos. Solo Caldas, que pasó de 28 a 23 oficinas, tendría una calidad asistencial de empresas de crédito mejor, al situarse la proporción en una por cada 1.505 personas. Muy por encima está O Condado, con una ratio de 2.332, y un censo de oficinas que bajó de 21 a 18. En O Morrazo había 58 y ahora son 39 y A Paradanta se quedó con 6 de las 8 que tenía entonces. En la comarca de Pontevedra el registro de sucursales se recortó de 107 a 71 (ratio de 1.741) y en O Salnés hay un despacho por cada 1.725 residentes. De los 88 locales se bajó a 64. Mientras, en Vigo y su comarca constan ahora 260 oficinas frente a las 368 anteriores y el promedio está en una por cada 1.626 vecinos.
Si vemos qué ha acontecido en cada uno de los municipios de Deza y Tabeirós, Lalín es claramente donde los procesos de fusión bancarios han ocasionado más cierres de oficinas. Hace una década había 16, pero entre 2007 y 2008 llegaron a ser 18. Ya desde 2013 son 11 las que figuran en el último registro elaborado por la administración autonómica. La misma cantidad tiene A Estrada, donde el recorte de servicios ha sido mucho menos acusado. En estos años nunca superó las 13 sucursales y ahora mantiene 11. En Silleda se pasó de 7 a 6, si bien es cierto que llegó a haber 9. Vila de Cruces mantuvo entre los años 2005 y 2010 cinco despachos y desde entonces se quedó con uno menos. Uno también cedió Rodeiro para disponer de un total de dos sucursales. Agolada no sufrió cambios en diez años y dispone de dos despachos de entidades crediticias. Los vecinos de Dozón no tienen ninguna sucursal disponible, ni en la actualidad, ni tampoco desde hace al menos una década. En Forcarei llegaron a operar 8 bancos o cajas de ahorros y actualmente están en funcionamiento cinco. Y Cerdedo mantiene una, después de que cerrasen otras dos más.
