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Conflicto en la unidad canina de salvamento

Una encrucijada tras un largo camino

El GCR tiene casi 20 años de historia, con más de 200 búsquedas en la última década y 27 homologaciones

"No os perdáis por el camino. Está muy despejado y es muy fácil de seguir". Son palabras del hasta ahora integrante del Grupo de Cans de Rescate (GCR) de A Estrada José López Louro. Con ellas, tras comunicar que abandonaba la entidad, pretendía animar a aquellos que continuasen en la agrupación o que se adentrasen en ella para tomar el testigo. En un momento en el que el futuro de esta prestigiosa y apreciada organización está en el aire, quien apueste por continuar esta senda se encontrará el camino abierto, pero también la necesidad de estar a la altura. El listón está muy alto en una agrupación muy próxima a cumplir sus dos décadas de historia.

Todo comenzó en el año 1997, cuando en A Estrada empezó a madurarse la idea de crear un grupo especializado en la búsqueda de personas desaparecidas contando con la intervención de perros adiestrados. Los primeros pasos se dieron en el terreno de la formación, apostando por la preparación tanto de los canes como de los propios guías. La máxima "aprender más para ayudar mejor" se ha mantenido a lo largo de estos años. El deseo es que estos binomios lleguen al escenario de una búsqueda con su valía debidamente acreditada, de ahí que se bajo el mandato de Manuel González Chedas la consecución de homologaciones nacionales e internacionales se convirtiese en objetivo, a fin de acreditar la preparación de estos equipos para enfrentarse a situaciones en las que hasta la esperanza hay que buscarla debajo de los escombros o perdida en amplios y bastos parajes.

En la última década el Grupo de Cans de Rescate de A Estrada ha participado en más de 200 operativos de búsqueda de personas desaparecidas. Ha logrado en estos años localizar a 18 personas.

En los últimos años han sido muchos los reconocimientos alcanzados a base de esfuerzo, de horas restadas al sueño y al tiempo libre para acudir a entrenar con el perro. La unidad dispone a día de hoy de 17 homologaciones de la International Rescue Organisation (IRO), la entidad más prestigiosa dentro del mundo del perro de salvamento, y otras 10 de la Asociación Nacional de Grupos del Perro de Salvamento (Angps). El guía José López Louro participó en tres campeonatos del mundo de rescate canino y se clasificó con dos de sus perros para participar en el que habrá de celebrarse durante el mes de septiembre en Turín (Italia), al que ha renunciado tras su marcha del GCR.

En paralelo, la unidad asumió la organización de seis pruebas de homologación -tres de ellas de la IRO y otras tantas de la Angps- en A Estrada, convirtiendo al municipio durante esas jornadas en referente nacional en esta materia.

El camino recorrido ha sido muy largo y no ha estado exento de dificultades. El propio grupo que ahora se queda sin guías se vio abocado a resurgir de sus cenizas en una ocasión anterior, en la que varios de sus primeros integrantes dejaron la agrupación, quedando solo dos para continuar adelante.

La primera salida internacional que realizó el GCR de A Estrada fue en 1999, tras un terremoto en Turquía, un operativo para el que se movilizaron desde este municipio pontevedrés tres guías y tres perros. La unidad se activa habitualmente tras la llamada del 112. En cinco minutos se moviliza el grupo. Si la intervención es en A Estrada o en la comarca, el número de efectivos desplegados suele ser mayor. Si es fuera del ámbito municipal, lo habitual es que se desplacen dos guías con los perros que estimen convenientes. La Xunta o el Ministerio del Interior deciden si se requiere la ayuda de esta unidad y esta garantiza que en el plazo de 20 minutos estaría preparada para coger un coche o un avión y desplazarse hasta donde se requiera su colaboración.

Cuando se forma parte de una unidad como esta, uno ha de estar en muchas ocasiones pegado al teléfono móvil, dispuesto a dejar a un lado su vida personal para prestar su ayuda allí donde el caprichoso destino lo requiera. En 2015, por ejemplo, el Grupo de Cans de Rescate de A Estrada fue activado ante una posible movilización de sus efectivos tras un terremoto en Nepal. Si una llamada como esa llega a producirse, la unidad tiene previsto un equipo básico que ha de acompañar a sus guías. Se compone de material de protección personal -casco, guantes, botas de escombros y ropa de abrigo, por ejemplo-, un botiquín, la comida racionada para los días previstos de desplazamiento y la comida de los perros. Si el espacio lo permite, lo ideal para esta unidad es poder viajar acompañada de su veterinario, ya que es este profesional el que conoce a todos los perros que trabajan en la unidad.

Una decena de perros están entrenados en A Estrada para prestar esta ayuda incondicional. Como a sus dueños, les mueve el deseo de poder ayudar a salvar una vida. Este es el camino que se abrió hace casi 20 años. En él es normal encontrar obstáculos pero todos los que lo recorran juntos han de procurar no arrojar piedras.

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