Alrededor de una treintena de ganaderos se reunieron ayer en Lalín con Román Santalla y Javier Gayoso de Unións Agrarias para informarse de las diversas ayudas del sector. Se centraron en las medidas para la reducción de la producción, las ayudas a las explotaciones lecheras con dificultades financieras, así como las subvenciones para subsanar los daños provocados por los jabalíes.

La medida para la reducción de la producción fue aprobada por la Unión Europea y entrará en vigor el día 29. El ganadero aportará pruebas para reducir la línea de producción en los meses de octubre, noviembre y diciembre de 2016 con respecto a los mismos meses de la campaña de 2015. "Variará la cantidad, pero no el precio, que seguirá siendo de 14 céntimos y será a finales de septiembre cuando el ganadero que acoja esta medida reciba la respuesta de la cantidad que le corresponde producir", apuntó el secretario comarcal de Unións Agrarias, Román Santalla. El sindicato está en contra de esta iniciativa ya que considera quien debería reducir son los países que generan excedentes, como Alemania, Irlanda, Holanda y Dinamarca y no los deficitarios, como España.

Santalla destacó el problema en los cultivos de maíz debido a la sequía que está provocando pérdidas considerables. "Medio Rural debe exigir ayudas, ya que cuando en un país hay pérdidas de hasta el 30% por culpa de la climatología, como pasa en Galicia, se puede demandar subvenciones a Bruselas".

Asimismo, el Ministerio de Agricultura acaba de aprobar una partida de 350 millones, de los que 14,8 millones se destinarán a España. "España recibe muy poco en comparación con otros países, como Alemania que obtendrá 57 millones", apunta Santalla y añade: "Supongo que van a escoger un modelo de explotación que cumpla con unos determinados requisitos y beneficiará a muy pocas".

También se abordó el problema de los ataques del jabalí, que este año están siendo exagerados. Unións Agrarias le exige a la Xunta que paguen los daños causados en la siembra de los cultivos, que autoricen inmediatamente las batidas, que se pueda cazar en las zonas de Reserva de Caza, que las batidas no estén sometidas a cupos, que las batidas no se limiten solamente al Tecor, sino que permitan extenderlas a los limítrofes, y que se paguen los daños y se hagan en tiempo real. Los ganaderos presentes aprovecharon la ocasión para reivindicar ayudas urgentes y eficientes y reunirse con Medio Ambiente para ver in situ los daños ocasionados. "Los que van a quedar en peligro de extinción somos nosotros", afirmó uno de ellos. Asimismo, la mayoría culpabilizó también a los cazadores:"No les interesa matarlos. Ellos quieren que haya, además muchos de los cazadores de las cuadrillas vienen de fuera y no les preocupa lo que pasa aquí, y mientras nosotros les damos de comer a los animales, si se le diera un incentivo por cada uno cazado, eso seguro que funcionaría". Además, en cuanto a las ayudas ya no se animan ni a solicitarlas. "Hace años me concedieron una de 1.500 euros y todavía estoy esperando por ella", señaló un ganadero. La cuantía máxima por daño de estos animales es de 1.300 euros actualmente y solo para las explotaciones dadas de alta en la Seguridad Social.