El Concello de Lalín acaba de aprobar la modificación del Plan Económico Financiero (PEF), sin que se presentasen alegaciones, que está desarrollando en cumplimiento con las directrices del Ministerio de Administraciones Públicas. Este plan se debe al desequilibrio generado por la adquisición del parking Aldea Grande por el actual equipo de gobierno. Los 3,9 millones de euros destinados a la adquisición de esta infraestructura se imputaron a dos ejercicios y la operación supuso que las cuentas del año pasado se cerrasen ya con más gastos que ingresos. En todo caso, el informe del PEF es optimista acerca de que el Concello sea capaz de lograr la estabilidad presupuestaria. Cabe recordar que el plan económico se extenderá hasta el próximo 2017.
El documento que acaba de ser aprobado pone de manifiesto algunas cuestiones acerca de la economía municipal y de su capacidad para afrontar unos niveles de endeudamiento importantes. Así las cosas, se hace constar que el volumen de endeudamiento en el año 2013 era del 64,3%, que ya bajó doce meses después hasta el 39,7. Al cierre del curso pasado este volumen de endeudamiento se había recortado a la mitad con respecto a dos años atrás, situándose de este modo en el 29,2% sobre las cuentas locales. Si se observa lo acontecido con el ahorro neto en estas tres anualidades también se pone de manifiesto una cierta solvencia. De los algo más de dos millones de ahorro neto con los que se cerró 2013 se pasó a 2,5 y hasta los 3.133.555 euros el pasado año. A la espera de ver qué acontecerá al término del presente ejercicio, la deuda viva municipal también se vio recortada en este período de referencia a la mitad. Se partía de un pasivo con la banca excesivo incluso para una administración como la lalinense, pero se debió a un episodio coyuntural como fue la compra del multiusos Lalín Arena. La deuda pasó de los 8,2 millones a 5,7 y en algo más de 4,3 al cierre del pasado ejercicio.
Otra cuestión que se incluye en este informe del plan financiero municipal es el estricto cumplimiento con el período medio que fija el Estado para saldar las facturas con los proveedores. Los datos del último trimestre del pasado curso indican que el Concello pagaba 12 días antes que comenzase el plazo legal de un mes para liquidar los compromisos con proveedores. En el Patronato Cultural eran incluso casi 23 días antes. Y en el primer trimestre de este año la administración municipal pagó 9 días antes de comenzar a contar el plazo y 20 días antes el patronato.
Este escenario, en cierta medida favorable, refrenda las tesis del anterior grupo de gobierno acerca de la situación económica del Concello. Lejos del catastrofismo al que se había aludido a comienzos de este mandato, el portavoz del PP, José Crespo, dijo en mayo pasado que cuando dejó la Alcaldía la deuda bancaria era de 5,4 millones de euros, mientras que se disponía en cuentas bancarias saldos por 4.917.000 euros. Esta razón no convenció al alcalde, Rafael Cuiña, quien, por otro lado, adelantó que durante este año se prevén amortizar 900.000 euros.
