Aunque reconoce que desde pequeña sintió una cierta inclinación hacia la literatura, la poetisa cerdedense Olga Vidal considera que su latente pasión por la escritura "despertó tarde". Después de varios años trabajando sus versos en talleres creativos, han nacido Proyectando sueños y Destello de silencio. Dos obras que llevan tiempo en la recámara y que, el viernes, se convertirán de nuevo en protagonistas de un recital que se celebrará en el salón de actos del Concello de Forcarei como antesala a las fiestas patronales.

"Estoy muy contenta", declaró Vidal en estos días previos a la presentación de sus obras. El vínculo familiar que mantiene con el municipio forcaricense contribuye a aumentar su entusiasmo. Además, en el acto previsto para las 19.30 horas, recitará varios poemas recogidos en sus antologías y, uno de ellos, está dedicado al Mosteiro de Aciveiro. Pero la presentación no solo se limitará a la lectura entonada de los versos, también contará con la participación del violinista Leonard Román que pondrá la nota musical al acto literario.

"A día de hoy la escritura forma parte de mi vida", aseguró Olga Vidal. Su tardía ilusión por el mundo de las estrofas no le impidió publicar dos antologías impregnadas de historia personal. Según declaró la autora, en Proyectando sueños recoge sus "experiencias y vivencias en la aldea" y también dedica algunos poemas a docentes y alumnos, dado que ella es profesora. Sin embargo, Vidal recalcó la variedad temática que recoge su primera obra, que salió a la luz en 2010. En ella también habla del amor, de la sociedad e incluso refleja sus propias experiencias particulares. De alguna forma, Vidal se refiere a Proyectando Sueños como el libro que recoge su "trayectoria vital".

Cinco años después de su primer proyecto, nació Destello del silencio. Según indicó, con la nueva obra quiso rescatar "situaciones o lugares casi olvidados" a través de los versos. "Creo que aun es posible recuperar tesoros de la miseria", apuntó Vidal. La poetisa justifica su afirmación hablando de Ledicia, unas estrofas dedicadas al hallazgo de un petroglifo en "una aldea rodeada de monte, sin cuidar". El silencio, como hilo conductor de su segunda obra, toma por primera vez la palabra con el objetivo de "rescatar valores y oportunidades" del olvido.

En sus obras, Olga Vidal lanza un canto a su infancia y al mundo rural en el que se crió. De nuevo, la palabra sirve como canal de expresión para todos aquellos que buscan que sus sueños se hagan realidad.