El Camiño de Inverno acogió a un grupo de 42 jóvenes de entre 16 y 23 años, procedentes de diferentes parroquias de la Diócesis de Segorbe, Castellón se animaron a hacer la etapa "Últimos 100 kilómetros por el Camiño de Inverno", desde Monforte. Escogieron Lalín como punto enclave para su estadía y desde el municipio realizaban las diferentes etapas.

El grupo, que quiso realizar este peregrinaje por motivos religiosos, inició la ruta el 13 de agosto desde la localidad de Monforte para conseguir llegar a Santiago el sábado 20. Durante su estancia en el Concello de Lalín, que duró 10 días, tuvieron tiempo para visitar diferentes lugares como el Muíño de Cuíña, el Pazo de Liñares o el propio consistorio en los días de descanso. También estuvieron presentes en un momento histórico en los actos oficiales celebrados en Rodeiro del reconocimiento del Camiño de Inverno como camino oficial. Pudieron estar en contacto con el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, y también con el representante de la Asociación amigos do Camiño de Santiago por Lalín Deza, Moncho Villanueva o Emiliano García Méijome. También compartieron impresiones con otras asociaciones de senderismo o turismo con la Asociación de Álceme presidida por Inés Carballo. De su paso por las tierras dezanas solo tienen palabras de agradecimiento "todo el pueblo nos acogió de una forma muy entrañable, la verdad es que son una gente muy agradable", comentó Arturo Fabregat, tutor del grupo de Castellón. Estuvieron alojados en los distintos locales parroquiales pertenecientes al párroco Manuel Salgado y también utilizaron las duchas y aseos del pabellón municipal. Las comidas y cenas estaban concertadas en A Casa do Gato, con menús de bajo coste puesto que algunas de las familias no son de un alto nivel económico, algo que destacan puesto que el valor del camino lo centran en la convivencia. Después de llegar en la madrugada de ayer a las tierras de Castellón destacan que "la etapa más dura sin duda ninguna fue la de Monte do Faro", explicó Fabregat.

Lalín se posiciona como punto flexible tanto del Camiño de Inverno como la Ruta da Prata, desde Ourense. Por eso, desde la Asociación de Amigos do Camiño de Inverno por Lalín Deza quieren conseguir, una oferta global y completa de servicio desde dormir, comer, sanitarios entre otras necesidades para que generen negocio en el núcleo urbano y así que conozcan también el municipio. Consideran que la llegada de estas agrupaciones a la localidad, supone un aumento de ventas para numerosos locales y también para dar a conocer estas tierras. Por ello, los miembros del colectivo están ideando nuevas estrategias para dar a conocer esta ruta entre grupos como este reciente o el de Granada, que estuvo hace menos de un mes y también los peregrinos que realizan el camino solos o en pequeñas agrupaciones.