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Las mascotas son para todo el año

Peludos Sen Fogar alerta del aumento de abandonos en verano y de la falta de apoyos

Miembros de Peludos Sen Fogar sacando a pasear a algunos de los perros. // Bernabé/Gutier

El verano es sinónimo de vacaciones y diversión con la familia y amigos, sin embargo, en esta época algunos de los miembros de dicho núcleo dejan de pertenecer al mismo. Los afectados son las mascotas, que debido al trastorno que pueden provocar a la hora de viajar, muchos desconsiderados recurren al abandono, motivo por lo que aumenta la cifra de animales, sobre todo, de perros callejeros en estos meses, tal y como contrastan desde la Asociación Peludos Sen Fogar de Deza.

En la actualidad, este colectivo apenas cuenta con ayudas y con apoyo de instituciones, por lo que su labor se vio reducida en los últimos años. La asociación lleva vigente durante cuatro años, pero sus componentes señalan la falta de voluntariado, que unido a la escasez de apoyo y ayudas, provoca que ya no estén recogiendo más perros. "Ahora tenemos solo una veintena en una nave que nos cedió un particular ubicada en Baíña (Agolada), pero por la falta de recursos y de implicaciones, nos es casi imposible continuar", afirma la presidenta del colectivo, Estefanía Rodríguez. Sin embargo, apunta que seguirán de manera activa en Facebook con la publicación de fotos de animales perdidos para intentar localizar a sus dueños, así como para conseguir que se adopten los que tienen en la asociación.

"En el verano el número de abandonos aumenta, sobre todo, se están encontrando muchos en el casco urbano de Lalín, aunque en algunos casos, son animales que se pierden, y que acabamos encontrando a sus dueños", señala Rodríguez.

Son tres las componentes que continúan activas desde el inicio de Peludos Sen Fogar en Deza, y además, cuentan con cinco voluntarios, pero reclaman la necesidad de ampliar esta cifra, porque ellos se ocupan a diario de los animales. Además, no descartan dejar la directiva en manos de nuevas generaciones, porque sus vidas laborales les limita esta actividad.

La gente se anima a adoptar perros, aunque el colectivo dezano lleva entre dos y tres meses que no tiene ninguna. "Siguen viniendo, y todos suelen llegar con una idea de lo quieren adoptar, pero al tener pocos perros, muchas veces no coincide con lo que buscan", señala Rodríguez. Además, apunta que ellos son muy exigentes a la hora de entregar un animal y que primeramente, analizan el entorno en el que vivirán y comprueban que toda la familia esté de acuerdo con la adopción, ya que en más de una ocasión, decidieron devolverlos.

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