Su afición por las manualidades fue el mejor aliciente de una idea tan original como espontánea. Gracias al curioso trabajo de la estradense Mari Luz Martínez, las imágenes de los lugares más emblemáticos del municipio quedan retratadas sobre un rectángulo de pizarra. Su amor por la artesanía y las labores manuales han logrado convertir los edificios y eventos más reconocidos de A Estrada en llamativos y singulares souvenirs.

Según declaró, el recuerdo más solicitado es el que retrata los momentos en el curro de Sabucedo, que capturan la lucha entre hombre y caballo cada primer fin de semana de julio durante la celebración de la Rapa das Bestas. El otro gran atractivo, seguido de la tradición estradense más arraigada, son las imágenes del Pazo de Oca. Sin embargo, Mari Luz Martínez reconoce tener debilidad por los saltos de agua que esconde A Estrada. "Me trae recuerdos de cuando era pequeña", indicó.

"Todavía estoy aprendiendo", incidió Martínez en varias ocasiones. La iniciativa, que lleva puesta en marcha alrededor de dos meses, esconde tras de sí un laborioso trabajo. "Aunque las pizarras vienen hechas, hay que tratarlas, poner y pegar la impresión, darle el barniz...", explicó. También hizo hincapié en que "lleva su tiempo" alcanzar el original resultado final. Reconoció que, en el proceso de elaboración del souvenir, "hay alguno que se estropea". Sin embargo, con palabras optimistas y recalcando sus ganas de seguir perfeccionando su novedosa técnica declaró que "de las equivocaciones se aprende".

Su gusto por las piedras despertó en ella la curiosidad de plasmar imágenes de A Estrada sobre la pizarra "para dar a conocer sitios maravillosos y rincones preciosos" del municipio. Recordó que la primera instantánea que plasmó sobre el material fue la fotografía de un barco. Consideró que el resultado era original y decidió probar con una imagen de la Torre de Guimarei. Mari Luz Martínez aseguró que su gusto por las ruinas, los conventos y las iglesias la llevó a escoger una instantánea de los restos de lo que, pese a su estado, es un lugar cargado de historia y de leyenda.

Según indicó Mari Luz Martínez, la mayor parte de las imágenes son sacadas por su hija, aficionada a la fotografía. Un souvenir que logra aunar una pasión familiar. En sus declaraciones, apuntó que en los paseos y excursiones durante los fines de semana es donde descubren algunos lugares que aparecen retratados en las pizarras.

Para Mari Luz Martínez su dedicación a las manualidades es una forma de liberar estrés y llega a considerarla una "técnica de relajación". Además, trabaja fundamentalmente de noche, momento en el que pinta o lija los materiales que luego compondrán un souvenir curioso y con marca personal.

La afición de la estradense ha conseguido materializar recuerdos a través de fotografías. A Estrada atesora recónditos lugares que Mari Luz Martínez rescata del olvido y plasma sobre la pizarra. En este caso, la espontaneidad de una idea inesperada ha conseguido reforzar el valor y el atractivo turístico de los rincones más bellos del municipio.