El colectivo de padres y madres del colegio de Nosa Señora da Piedade, en Vila de Cruces, volverá a retomar contactos con la Consellería de Educación cuando comience el curso para insistir en demandas que se plantean desde hace años y que la Xunta desoye por, sobre todo, una cuestión económica. El presidente de la ANPA, Ramón Moreira, explica que se seguirá insistiendo "en colocar una pasarela que evite que los niños se mojen desde que bajan del autobús hasta que llegan al recinto escolar". En contra de lo que en su momento explicó el alcalde, Jesús Otero, sobre la imposibilidad de colocar una pasarela porque ello impedía el paso de vehículos de grandes dimensiones, Moreira replica que "sí se puede dejar un espacio de cuatro ó cinco metros para que circule una ambulancia o el camión de los bomberos". Así es que la pasarela continúa en la agenda de los progenitores, al igual que otras alternativas, como permitir que los buses accediesen al interior del recinto y se construyese un espacio cubierto. En este sentido, "desde la Xefatura Territorial de Educación quedaron el año pasado de visitar el centro para ver las posibles ubicaciones, pero al final no vino nadie", se queja Moreira, de modo que la parada continuará siendo junto al polideportivo, por lo que los niños tienen que cubrir un tramo bastante largo a pie, y muchos de ellos después de pasarse una hora en el trayecto del autobús, que se modificó para ahorrar en costes y hacerlo coincidir con el horario del instituto.

De igual modo, también está pendiente el arreglo del patio, que presenta desde hace tiempo irregularidades en el firme y por eso, durante el invierno, se llena de charcas y resulta casi imposible de utilizar. Moreira admite que desde el concello se hacen algunas mejoras puntuales, pero que a todas luces resultan insuficientes. Desconoce si, tal y como se pidió a principios de curso, se mejoró el firme de la pista de fútbol sala, también muy deteriorada por el paso del tiempo.

En otoño, la Consellería de Educación realizará obras de mejora energética en el colegio público cruceño, dentro de un paquete de intervenciones que también afecta a los centros educativos de Chancelas de Poio y San Roque de Darbo, en Cangas. En el caso cruceño, se invertirán 400.000 euros en mejorar la carpintería en todo el cerramiento exterior del edificio, colocando doble ventana, mientras que en el interior se sustituirá el falso techo actual por otro de paneles acústicos. Además, se colocarán luminarias tipo LED, dotadas con detectores de movimiento y sensores.

Comedor

Se atiende, así, una de las peticiones de los padres y los maestros, pero se obvian otras reclamaciones igual de necesarias, como la reforma integral de los baños y de los desagües, sobre los que no se actuó en los últimos 30 años y que en ocasiones desprenden malos olores. Moreira Blanco apunta que tampoco se obtuvo respuesta por parte de Educación para agrupar a todos los alumnos en el edificio de Primaria, donde se encuentra el comedor, para evitar que los niños de Infantil, que se encuentran en el inmueble más antiguo, tengan que salir a la intemperie durante el invierno para comer. Además, tampoco fructificó la propuesta de dividir en dos una clase de tercero de primaria, a pesar del volumen de estudiantes.