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As Nosas Músicas inunda A Estrada de tradición

El XXI edición del festival consiguió congregar a centenares de personas

Juegos populares dirigidos a los más pequeños. // Bernabé / Luismy

A pesar de que cumplir años suele ser sinónimo de envejecimiento, As Nosas Músicas reta al tiempo en cada edición. El festival estradense logró congregar de nuevo a un público entregado a la tradición más arraigada. Y aunque los conciertos que amenizaron una velada folk llena baile, risas y cantos fueron el plato más fuerte de la jornada, la parroquia de Couso también mantuvo a los asistentes entretenidos con los talleres y juegos populares que se desarrollaron a lo largo de la tarde del domingo en el campo de la fiesta.

La música comenzó a sonar con los conocidos como Cantos de Taberna, que corrían a cargo del grupo Muiñeiros do Sarela, una vez que comenzó a languidecer la luz del sol. El ambiente festivo se mantuvo hasta que comenzaron, sobre el escenario, a llenar de notas la atmósfera nocturna de Couso, con un campo de la fiesta que logró congregar, un año más, a centenares de personas atraídas por un festival que consigue mantenerse en pie e irse consolidando con el paso de los años.

La diversión estaba asegurada con su plantel de artistas sobre el escenario. Todos ellos convergen en su pasión y entrega por la música tradicional pero cada uno logró impregnar Couso con su seña de identidad. Fuese la música de Tres Pesos, la de Xabier Díaz y las Adufeiras de Salitre o Tiruleque, todos ellos consiguieron amenizar una velada acompaña de unas buenas condiciones climatológicas.

Y aunque bailar al ritmo de la música puede ayudar a que se esboce alguna que otra sonrisa, fue la humorista María da Pontragha la que animó los cambios de escenario arrancando carcajadas. Couso se llenó, de nuevo, de buenas y animosas vibraciones. Y, por supuesto, hay que mencionar el premio As Nosas Músicas que se entregó el domingo por primera vez al actor y humorista Carlos Blanco por su defensa de la cultura gallega. Aunque no pudo recogerlo en persona, tantos años colaborando con el festival hicieron muy presente a su persona. Couso rindió así homenaje, un verano más, a la tradición. Pero, sobre todo, a su tierra.

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