Cuando todavía faltan unos días para que se cumpla un mes del anuncio de Cruz de abandonar el grupo de gobierno, el exedil de Compromiso por Lalín (CxL) mantiene que su decisión fue adecuada. Alega falta de libertad para realizar su labor como miembro del equipo de gobierno, hace un llamamiento al diálogo y avisa que su misión será la de controlar al ejecutivo presidido por su exjefe de filas, Rafael Cuiña. Niega, como aseguran antiguos compañeros del gobierno, que descuidase sus responsabilidades, tampoco se considera un tránsfuga reitera su invitación a un diálogo al que Cuiña no parece que se avenga. El alcalde cree que su gesto es uno de los más deplorables que se han hecho en la democracia en Lalín. Anteayer anunció su voto contrario a un plan de obras de 500.000 euros proyectado por el ejecutivo.

-Tres semanas después de dejar el gobierno comienza a tratar de demostrar la relevancia de su escaño...

-Bueno, después de este tiempo veo que tengo gente a favor y otra en contra, cada uno que opine lo que quiera. Creo que el alcalde, Rafael Cuiña, no debería cerrarse en banda sino hablar; es normal que esté cabreado pues este hostiazo para él es considerable, pero hasta le tengo un cierto cariño y creo que estas cosas le pueden venir bien. Si hablan conmigo estoy dispuesto a dialogar, porque también quiero ganar en poder o en opinión.

-¿Cree que su actitud ha sido sensata? ¿Hay alguien en cierta medida corresponsable de la misma?

-No fue una pataleta, sí un golpe político en la mesa. No me gusta que haya imposición y el autoritarismo y la prepotencia, tampoco, que orgullo lo tenemos todos. Mi decisión es la contestación a actitudes previas del gobierno conmigo; bueno, realmente del alcalde. Pero de todas formas le pediría a Rafa Cuiña que se tranquilice, que yo solo pretendo hacer mi trabajo. Por cierto, estos días ya fui a mirar tres pistas sobre las que me hablaran algunos vecinos, porque tanto antes como ahora hay gente que me pide que haga cosas. De todas formas insisto que es bueno sentarse a hablar, porque si el gobierno no habla conmigo tendrá que hacerlo con el PP.

-Su no al plan de obras se debió a la negativa del gobierno de incluir los 60.000 euros en ayudas para bandas de música y corales. ¿De dónde cree que se podrían detraer esos fondos?

-No me puedo enterar de los proyectos por la prensa y tampoco escuchar que a partir de 2017 ya tendremos pulmón para acometer grandes obras, cuando aquí se prometieron otras cosas. No sé qué porcentaje de los presupuestos de Lalín pueden ser 60.000 euros.

-Pero quizá sea tarde ya para reservar esta partida...

-Yo sé como se hacen los procedimientos administrativos y uno puede ser mediante un convenio con entidades privadas o culturales como son las bandas. Propongo que se retenga ese dinero y que sean los técnicos municipales los que concreten cómo hay que hacerlo o ya se verá el modo de darles forma. Dicen que no tengo ni idea acerca del funcionamiento de una administración pública, pero no es cierto.

-Hay ediles de varios grupos políticos del gobierno que dicen que usted pasaba temporadas sin aparecer por el consistorio...

-Hay gente que tiene interés en demostrar lo que hace y otros no. Puedo decirte que la concejala de Cultura, Lara [Rodríguez Peña], va a tener mucho trabajo hecho por mí y también está recogiendo ya temas de xuventude o cultura que preparé y que están aprobadas o en camino. Además, toda la vida criticando a los concejales florero y ahora resulta que no se me dejó trabajar. Llegué a proponer, como siempre se me decía que andábamos a tope de trabajo, que se me encargase algo. Parece que para que lo que proponía Juan José siempre había antes muchas tareas que atender.

-¿Se considera un tránsfuga?

-No (rotundo). Así lo dice el diccionario de la Real Academia Española (RAE), pues no cambié de ideología, ya que me siento galeguista, y tampoco de partido. Tampoco hubo intención de hacer una moción de censura, pues además la ley lo impide.