-¿Se ha democratizado definitivamente la joyería?
-Antes la joyería, realmente, era como una ilusión al alcance de unos pocos. Era un sueño que sólo lo podían cumplir la gente con dinero y los demás se tenían que limitar a admirarlos. Hoy en día, con la bisutería y que la crisis obligó a muchas marcas de joyería a cambiar las piezas más caras por materiales más asequibles, todo es mucho más racional y más popular. La joyería actual está introduciendo muchos materiales que son poco costosos. Ahora mismo, yo creo que se paga más el diseño que el material que llevas encima.
-¿Hace mucho que no visita la tierra de su familia en Silleda?
-Estoy intentando acercarme en las fiestas de A Bandeira. La semana siguiente a esas fechas voy seguro porque tengo una boda, pero haré lo posible por estar allí en las fiestas, que me apetece mucho. Me da pena dejar a mis dos perritas porque una es muy viejecita, y a ver si encuentro alguien que me las cuide para poder ir para allá y disfrutar un poco con la familia, que es algo que me encanta.
-¿Qué se extraña en Tenerife de Trasdeza y de A Bandeira?
-La verdad es que me encanta volver a Galicia porque soy una enamorada y una gran defensora de nuestra cultura. Todo eso lo echo mucho de menos viviendo aquí en Canarias, tan lejos de esa preciosa tierra. Aquí echo de menos a mis verdaderos amigos, y que tengo allí muy buenos, por cierto. Evidentemente echo de menos la comida, que es súper rica, y el buen vino. De todas formas, debo reconocer que aquí se vive muy bien y estoy muy contenta en Tenerife. Una de las razones que me animaron a venirme a vivir en esta tierra es la buena calidad de vida que tenemos en la isla.
