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Lara Fuentes: "Para entender el TDAH hace falta más información"

La profesional hace balance de las actividades destinadas a la gestión e identificación de emociones en niños con hiperactividad

Lara Fuentes junto a los niños participantes en el taller de guiñoles y una de las madres. // Bernabé

Durante dos semanas, la psicóloga estradense Lara Fuentes estuvo trabajando en los talleres que el Concello y Acrofam dirigieron a niños que presentan un Trastorno por Déficil de Atención e Hiperactividad. Hoy cuenta su experiencia y recalca que la información es el pilar básico para aprender a ponerse en los zapatos de los demás.

-¿Cómo ha sido su experiencia colaborando en los talleres dirigidos a niños con TDAH?

-Mi función dentro de la iniciativa fue trabajar la educación emocional con los niños. En la primera buscaba que los pequeños fueran capaces de identificar sus propias emociones y las de los demás. Lo hicimos a través de dibujos con caras pintadas. Es decir, cómo se pone tu cara cuando estás enfadado, cuando estás triste... O cómo ves que los demás se sienten así. Para trabajarlo, yo les daba diferentes roles y ellos tenían que interpretarlos. En la segunda sesión pasamos al siguiente nivel con el que buscaba que aprendiesen a gestionar las emociones. De las diferentes maneras que tienes de enfadarte hay una menos sana como puede ser correr o gritar y otra más adecuada, que sería relajarse. Para trabajarlo hicimos un taller de guiñoles con calcetines. Después de prepararlos hicimos una especie de teatrillo en el que yo les daba una situación y los niños tenían que reaccionar según el personaje de estas dos maneras diferentes.

-Como profesional, ¿qué le aportó trabajar con los niños durante esas semanas en las que duró la iniciativa?

-Desarrollar distintas estrategias. A lo mejor tú vas con una forma de trabajar que luego, in situ, no funciona de la misma manera. Me sirvió para tratar de explicar lo mismo de diferentes maneras con el objetivo de captar su atención porque estos niños se distraen muy fácilmente y por eso fue un reto. También estoy aprendiendo a buscar alternativas, a cambiar, a no ser rígida en las ideas que tenía previstas para esa clase. Creo que no importa tanto cumplir el objetivo que tú llevas pensado sino sacar lo máximo que se pueda aunque no sea todo lo que me había imaginado antes.

-El TDAH todavía es un gran desconocido. ¿Cómo explicaría el trastorno a alguien que no lo vive de primera mano?

-Imagina un niño sin trastorno que tiene esa inquietud o que le cuesta estar quieto y luego multiplica eso por tres. Los niños que presentan TDAH son muy inquietos, les cuesta centrarse para cumplir una orden o una pequeña instrucción. Pero creo que de diferentes formas podemos trabajar con ellos. Es decir, evitar hacer una clase como las del colegio, donde todo se basa en directrices muy específicas. A ellos les cuesta escucharte durante 30 segundos atentamente porque no solo es un exceso de actividad motora, también es una cuestión mental porque les cuesta concentrarse.

-¿Cómo se puede aprender a identificar este trastorno?

-Creo que debería ser un trabajo conjunto entre la familia y cómo se comportan en la escuela. También considero que, en muchas ocasiones, hay un sobrediagnóstico del TDAH porque no hay que confundir a un niño activo o inquieto con un niño que presente este trastorno. Últimamente parece que están saliendo muchos casos y no es que de repente todos los niños sean hiperactivos.

-¿Qué consejos ofrecería para aprender a convivir con las personas que presentan TDAH?

-Lo primero es que tanto padres como profesores busquen ayuda profesional. Además, en los colegios no solo hay niños con hiperactividad, también los hay que presentan otras características y hay que aprender a adaptarse a cada uno de ellos. En el caso de los padres existen grupos no solo para seguir unas pautas, también para sentir el apoyo de otros padres que están en la misma situación. Hay que tener paciencia con los niños o alumnos y entenderlos.

-¿Cómo evitar los estereotipos que se generan en la sociedad?

-Hay que trabajarlo desde la escuela. Creo que se debería hablar más de esto porque creer que los niños con TDAH son maleducados o sinvergüenzas es fruto del desconocimiento. En este trastorno, como en muchos otros, hace falta información para entenderlo porque el miedo y el rechazo surge del simple desconocimiento.

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