Kike Carral, de O Carballiño, lleva con su puesto en la Praza da Torre. "Mi madre lleva aquí más de 25 años y ahora me quedé yo con el puesto desde hace unos 6", explica. Después de varias ferias trabajando ya tiene a sus conocidos que se acercan a comprar el pulpo, aún así considera que "no todas las ferias son iguales, en algunas se venden más raciones que en otras, pero en verano sí que se nota la diferencia con los turistas que vienen". En días buenos "podemos llegar a vender cerca de 200 raciones de pulpo", reflexiona.