El casco urbano lalinense está sufriendo en los últimos meses diversos cambios que afectan directamente a conductores y peatones. El plan de reordenación de tráfico realizado por la administración local ha modificado varios viales de la localidad y desencadena confusión entre la ciudadanía al no poseer una señalización clara, como asegura Carlos López, auxiliar de tráfico y seguridad vial por la Universidad de Valencia y profesor extraescolar de educación vial por la UNED.
López hace hincapié en los defectos que se pueden encontrar en muchas de las señales y marcas dentro del casco urbano de Lalín. Un problema que, según él, no viene de ahora, pero que sí se está acentuando con el nuevo plan. Este auxiliar de seguridad vial asegura que "la señalización de la calzada tiene por misión advertir e informar a los usuarios, con suficiente antelación, de determinadas circunstancias de la vía o de la circulación, así como ordenar su comportamiento", por lo que cree que no puede producir ningún tipo de confusión si su establecimiento es claro y correcto. Recalca que las señales están "para dar fluidez y seguridad. No obstante, su acumulación no es en ningún caso buena ni para peatones ni vehículos".
Además de esto, López considera que "no se vigila el cumplimiento de las normas como es debido, en detrimento de la seguridad". Por eso mismo, destaca varias infracciones "muy comunes" entre los conductores lalinenses que no son "reeducadas", como por ejemplo el hecho de que en vías de doble sentido se aparque al lado izquierdo también, como ocurre en la calle Matemático Rodríguez o Luis González Taboada, algo que prohibe la Ley de Tráfico y Seguridad Vial. Otro de los errores es el continuo estacionamiento de vehículos en las intersecciones, impidiendo visibilidad a terceros, como en el caso del cruce de la calle Alcalde Ferreiro con la calle Melide. Por lo tanto echa en falta "más mano dura en este tipo de decisiones que repercuten en todos" y no el control de los discos en la zona azul.
Asimismo, López considera que "hay muchas medidas que contempla la normativa para mejorar la seguridad vial, basta con un poco de dedicación y cariño para mejorarla". Echa de menos en los concellos expertos en el tema que ayuden a gestionar los planes de tráfico que repercuten a vehículos y a peatones, "que también deben cumplir las señales". Recalca por el ejemplo el hábito de que estos circulen por el carril bici en el paseo fluvial Pontiñas. Y cree que infraestructuras como pasamanos en las escaleras de la Praza da Igrexa o en el parque de Joaquín Loriga también son cosa de la seguridad vial y, por lo tanto, más que necesarias.