La gente de Agolada fue retratada a través de los tiempos por la cámara de uno de sus vecinos, Jesús Faílde Oro, natural de Friufe, en la parroquia de Merlín, pero que actualmente reside en la ciudad de Pontevedra. Su admiración por la fotografía propició que a día de hoy conserve un amplio archivo fotográfico, que para muchos es un gran tesoro. Sus fotografías fueron cedidas recientemente, tras una petición de Manuel Busto, al Consello da Cultura Galega. Fue Xaime Varela Sieiro, miembro junto a Busto de la Directiva del Colectivo Baluarte dos Pendellos, quien tramitó la idea a este departamento.

Ambos promotores de la iniciativa, así como el autor, su esposa, Manolita Picallo, su hija, Raquel Faílde, y el gerente del Consello de Cultura Galego, Marcelino Fernández, y Emilia García se reunieron para llevar a cabo la cesión. Además, durante el encuentro propusieron a la Xunta y a otras Administraciones que organicen una exposición itinerante con su legado.

Autodidacta

A sus 80 años dedicó su vida al ejército y se jubiló con el cargo de comandante. Fue alrededor del año 1954 cuando empezó a descubrir su afición por el mundo de la fotografía, cuando regresaron a Galicia sus tíos, que estaban emigrados en la Habana, que él era natural de la parroquia de Val de Sangorza. "El tío Pancho toda su vida fue aficionado a la fotografía, y relevaba él las imágenes. Casi todo el material fotográfico era de construcción artesana basado en el daguerrotipo", señaló Faílde.

Cuando sus tíos retornaron a Galicia se vieron obligados a reducir su equipaje, entre ellos todas las máquinas fotográficas, y en su lugar compraron una moderna, marca Kodak, con la que sacaron sus primeras fotos en la fiesta de la Cruz de Brántega. Sin embargo, cuando su tío reveló el rollo había pocas cosas que merecieran la pena, debido a que desconocía el funcionamiento de la máquina que decidió vender inmediatamente. Pero antes Faílde realizó con ella varias fotografías que eran bastantes buenas. Poniendo la excusa de que era para un amigo, la compró él. "Porque no quería decirle a Pancho que la quería yo porque podía pensar que era para que me la regalara".

Antes de tenerla en su posesión ya comenzó su formación autodidacta. Su tío le proporcionó folletos y tratados de fotografía. "Yo estudiaba ávidamente y él me aclaraba las dudas que surgían hasta conseguir un conocimiento somero del tema", apunta el fotógrafo. Su primera fotografía con esa cámara fue en el despacho de su tío, en Val, en dónde él estaba escribiendo a máquina y otro señor, un tal Manuel, leyendo el periódico. A esta primera instantánea se sumaron muchas otras a lo largo de su vida que hoy en día muestran la historia de su tierra.