Alejandro Varela lleva inscrito en el Craega desde el año 2007, pero tuvo que esperar dos ejercicios para, durante ese tiempo, hacer la reconversión de su explotación de vacuno. Así, en 2009 comenzó a producir leche fresca ecológica, y en 2013 se lanzó a la producción de huevos, con una granja con una capacidad para 10.000 gallinas.
-¿Qué proceso tuvo que seguir para pasar la granja de vacuno a ecológica?
-El único requisito fue reducir el número de animales, de modo que pasé de tener, en un principio, 40 cabezas, a disponer ahora de 20. Además, para producir bajo el sello ecológico es preciso que seas el dueño de las fincas o que las tengas arrendadas por un período de tiempo más bien largo. Además, como es lógico, tampoco se pueden utilizar abonos químicos ni fitosanitarios. De ahí que también me lanzase a la producción de huevos, porque puedo utilizar el abono de las gallinas. Es más, me estoy planteando reducir aún más el número de vacas y montar otra granja de gallinas.
-¿Qué comen sus vacas?
-Viven a base de hierba y algo de concentrado. Dejé de producir maíz bajo los parámetros de la agricultura ecológica porque era imposible combatir las malas hierbas.
-¿A quién vende la producción lechera?
-Mis animales producen 90.000 litros al año, que entregamos a Lactalis. Al ser ecológico, lo paga más caro. De hecho, en la leche se nota mucho la diferencia de precio, en estos siete años que llevo como ecológico gano un poco más de dinero. La verdad es que no me planteo vender leche fresca ecológica por mi cuenta, para mí es más cómodo negociar con las industrias.
-Menciona que quiere montar una nueva explotación de gallinas en ecológico. ¿Cuáles son, en este caso, las normas a seguir?
-Precisas una hectárea de terreno para cada 2.500 gallinas, y la nave ha de respetar la relación de un metro cuadrado por cada seis animales. En este caso, también vendemos los huevos a una empresa. Quiero decir, también, que la ganadería ecológica también genera empleo, al menos en mi caso. El año pasado tuvimos un empleado que se encargaba de atender a las gallinas, quiso marcharse y ahora decidimos contratar a su mujer.
