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El salmón añora el agua

La escultura colocada en la Porta do Sol en honor al "rey del río" evidencia poca limpieza

Días después de su colocación. // Bernabé/Cris M.V./Luismy

Llegó en junio de 2012, hace ya cuatro años, para dejar de piedra la tradición salmonera de A Estrada. El Monumento al Salmón fue diseñado por el escultor Cándido Pazos y ejecutado por la Escola de Canteiros de la Diputación de Pontevedra. Se concibió como un símbolo de la importancia que el "rey del río" tiene para el municipio estradense, tanto a pie de cauce como en la cocina. Sin embargo, hoy el salmón añora el agua. Pide a gritos remontar el caudaloso Ulla para, al menos, pegarse un baño y liberarse de la suciedad que ha ido acumulando desde que se instaló en la nueva plaza de la Porta do Sol.

La imagen de aquel salmón de junio de 2012 se ha cubierto de una oscura pátina, evidencia de la escasa limpieza y poco mimo que ha tenido en los últimos años. La parte peor parada es, quizás, la cabeza del pez, significativamente más ennegrecida con respecto a otras zonas de su anatomía, caso de la cola. En la zona de las escamas, su pétreo cuerpo se tiñe de una tonalidad verdosa.

"Esto no es un adorno; es una herramienta de trabajo para conseguir que nuestras villas y ciudades sean visitadas", dijo el escultor Cándido Pazos en el momento en que se colocaba este escultura en la Porta do Sol. Colocado en un extremo de la plaza, con sus 3,10 metros de altura y sus 6.000 kilos de peso, este gigante con cuerpo de granito de la comarca de Deza pretende ser un símbolo para promocionar A Estrada como destino, con la tarjeta de visita de la cocina salmonera y la tradición en el arte de pescar al monarca fluvial. Sin embargo, la imagen actual afea notablemente este reclamo.

"El salmón tiene la cara sucia. Hay que limpiarlo". El consejo sale de los labios de una niña, que posiblemente no vea en esta obra la tradición que atesora. Para ella es un hermoso pez de colosal tamaño. Aunque no sea consciente de que representa un atractivo turístico para A Estrada, sabe que el salmón echa de menos el agua, que no le basta ya con la que cae del cielo. Necesita un baño reparador.

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